No se cansa de hacer el ridículo Feijóo, el presunto líder del PP, golpista partidista de manual para cargarse a su antecesor Pablo Casado, nefasto gestor de la Xunta de Galicia, que se ha propuesto batir el Guinness de los despropósitos. El PP y Feijóo han tenido otra mala semana de otro mal mes de marzo. Afirma con reiteración mi buen amigo y compañero Demetrio Madrid que "cuando el rival está entretenido es mejor no despistarlo".

Y quizás lo mejor sería dejar que Feijóo y sus asesores del PP siguieran en esa línea de despropósitos superlativos si no fuera porque sus ocurrencias superan todos los límites de lo irracional. Irracionalidad y falta de sentido común y rigor que exigen una respuesta y exigen dejar en evidencia a quienes desde su estulticia, idiocia e insolvencia pretenden manipular la realidad de España.

Malas noticias para la derecha

Las malas noticias para el PP y para Feijóo son buenas noticias para nuestro país. Y todos los datos económicos y sociales y las acciones del Gobierno presidido por Pedro Sánchez que apoyen a los ciudadanos y mejoren la posición de España en la Unión Europea y en el ámbito internacional son la peor noticia para Feijóo y para Abascal. Socios de hecho y socios potenciales, no lo olvidemos, por mucho que intenten teatralizar su ruptura y alejamiento.

Porque PP, Vox y Ciudadanos, el emérito trío de la plaza de Colón, antes con Casado y Rivera, ahora con Feijóo, Abascal y Arrimadas, siempre han tenido como único objetivo acabar con el Gobierno legítimo y democrático presidido por Pedro Sánchez para defender sus intereses, que son los intereses de los poderosos, de la corrupción y de las élites, frente a las clases medias y trabajadoras, las personas honestas, las mujeres y los jóvenes.

Total, que empezaron con el ridículo y esperpento de la no moción de censura de Vox. Poco hay que añadir a lo evidente, más allá de la espantada de Feijóo. Salió corriendo como un cobarde a la embajada de Suecia para no tener que justificar lo injustificable de abstenerse ante la ultraderecha, lo que él denominó “abstraerse”, para irse después a Bruselas a seguir haciendo el ridículo ante la Unión Europea.

Allí siguió con su manual estrambótico poniendo en cuestión la reforma de las pensiones del Gobierno, pactada con la propia Unión Europea y los sindicatos. Gesto desleal y antipatriótico que también dejaron en evidencia la falta de solvencia, irresponsabilidad y frivolidad de Feijóo a la hora de defender los intereses de España. El propio Comisario europeo de Fiscalidad y Unión Aduanera, Auditoría y Lucha contra el Fraude, Paolo Gentiloni, tuvo que pedirle a Feijóo “oposición constructiva”.

Y esa es la clave, frente al modelo de protección y progreso del Gobierno socialista de España está el modelo del Partido Popular, basado en recortes y precariedad. Durante la moción de censura, Feijóo desaparece y después se va a Bruselas para atacar a su país y defender la congelación de las pensiones y el conflicto social porque le parece mal que el Gobierno revalorice las pensiones de los mayores y pacte con la Unión Europea la reforma del sistema.

Y como todo es susceptible de empeorar se publican los datos de las previsiones económicas del Producto Interior Bruto del Banco de España que ratifican la buena senda de la Economía dirigida por la vicepresidenta Nadia Calviño. Para 2023 la previsión es de crecimiento es del 1,6%, para 2024 del 2,3% y para 2025 del 2,1%, además de anticipar una bajada de la inflación del mes de marzo y de mantenerse el crecimiento del empleo.

Tampoco las encuestas electorales le sonríen al hierático Feijóo, que ve como su estrategia, estilo Rajoy, de no comprometerse con nada, de no presentar ni propuestas ni proyectos, de dejar que pase el tiempo, de ocultar sus verdaderas intenciones y de dedicarse solo a destruir, le empieza a pasar mucho más que factura.

La "peineta" de Mañueco

Y para acabar de rematar la “semana de gloria” del Partido Popular y de Feijóo, su presidente de la derecha extrema en Castilla y León, Mañueco, gobernando en coalición con la extrema derecha de Vox, se hace una “peineta” vergonzosa, indecente, indigna y lamentable dirigida a una procuradora del PSOE durante su intervención pidiendo apoyo a las personas enfermas de celiaquía.

Peor todavía es la infamia de Mañueco negando lo que toda España ha podido ver en las imágenes del vídeo. ¿Se puede ser tan sinvergüenza de negar lo que es evidente? ¿Puede Mañueco ser un personaje tan deplorable que después de dirigir un gesto tan indecoroso e incompatible con el cargo que ocupa, además intente negarlo?

Pues a Feijóo no se le ha escuchado ninguna condena de este acto miserable de Mañueco, insisto, que no solo atenta contra una mujer Procuradora del PSOE, contra todos los representantes de las Cortes de Castilla y León, contra todos los ciudadanos de la comunidad autónoma y, sobre todo, contra las personas que padecen esa enfermedad a la que parece que a Mañueco solo le sugiere una peineta.

Para desviar a la atención, el PP, Feijóo y Concepción Gamarra Ruiz-Clavijo se ponen a hablar de corrupción. Por utilizar un símil, es como si Putin se propusiera a sí mismo Premio Nobel de la Paz. Feijóo, el amigo del narcotraficante Dorado, del PP de la Kitchen, de la Gürtel, Lezo, Bárcenas, Matas, Rato, Zaplana, Perla Negra, tarjetas black, el Bigotes, Corredera, Camps y un sinfín más.

Antidio Fagúndez Campo

Diputado del PSOE por Zamora