Merkel y Hollande defienden el valor de la libertad de Europa frente a Trump. El todavía presidente de la República francesa reclama respuestas contundentes frente a las primeras decisiones del mandatario norteamericano. Pero nada de todo esto ocurre todavía en la cúpula política española. Mientras, su majestad Felipe VI procura tirar balones fuera, sin duda alguna para que semejante tirano no se enfade con quienes no les gusta ser palmeros del poder totalitario. Y de esto es de lo que se trata.

Escribí también el otro día en ELPLURAL.COM que Mariano Rajoy Brey y el Rey no se situaron ninguno de los dos en el espacio de la dignidad. Lamentable. Ahora hemos sabido además que el actual presidente de Estados Unidos ha defendido la utilidad de la tortura, como si fuera  un instrumento medieval. La tortura para asesinar a Jesús de Nazaret es bien conocida. Sólo le falta a Trump, si le parece, recuperar la Inquisición, aunque la prohibición de que refugiados sirios e inmigrantes de siete naciones de mayoría musulmana entren en Estados Unidos recuerda al Tribunal del Santo Oficio.

El Ku Klux Klan apoyó al candidato Trump. Un político altamente peligroso. Un tipo blanco  que lee una revista, 'The Crusade' (en castellano, 'La Cruzada'). Ya le vale. Con sus fajos de millones de dólares en los bolsillos, hace lo que quiere y mucho más. Ante tamaña situación perversa, está dispuesto a cargarse a los medios de comunicación. El presidente americano habla de los  periodistas como si fueran  demonios. Su objetivo, señala el director de 'El País', Antonio Caño, es cerrar bocas y eliminar críticas para dejar espacio a otros medios, confidenciales, redes sociales, blogs “que ellos controlen”.

Francisco Franco tampoco toleraba que circularan  periódicos un poco críticos contra su régimen totalitario. De modo que el 'Diario Madrid'publicó su última edición el 25 de noviembre de 1971. Pronto comprobaremos el alcance de la guerra emprendida por Donald Trumpo contra los periodistas críticos. Majestad, no siga tirando pelotas fuera.