Son muchos los aniversarios que celebramos este 2019 en territorio cómic -Batman, Tintín, Astérix-. Popeye, por su parte, cumple 90 años no sólo como personaje sino también como el marinero más famoso del siglo XX, un auténtico icono de nuestra cultura popular. Debutó el 17 de enero de 1929 en la tira cómica "Thimble Theater", del Evening Journal. Tenía un papel secundario, pero tuvo un éxito tan inmediato que su creador, E.C. Segar, lo convirtió en estrella protagonista en un par de años. En 1933 apareció ya como dibujo animado, y en 1938 muchos lo preferían al entonces rey del cartoon, Mickey Mouse.

Popeye, con sus tatuajes, su pipa y su relación célebre por sus músculos y sus espinacas, con las que su creador lo vinculaba a él mismo y un episodio de anemia que había sufrido en la infancia. Tal era la popularidad del marino que elevó la venta de la espinaca enlatada un 33% en Estados Unidos, cuando todavía se estaba saliendo de la Gran Depresión.

Y sí, la espinaca es una planta con una gran lista de beneficios para la salud gracias a su alto contenido en minerales. Contiene una elevada concentración de folato, vitamina K así como de otros principios activos con capacidad antioxidante, como luteína, vitamina C y vitamina A. Pero el centro tecnológico Ainía de Valencia ha demostrado que cocerla afecta negativamente a su calidad nutricional y a los minerales que contiene. En realidad, la institución ha demostrado que las alubias y las espinacas son los vegetales que presentan una mayor variedad de nutrientes, pero la cocción de estos alimentos afecta de forma muy diferente a su calidad.

Aunque cada vegetal puede prepararse para comer de formas diferentes, en el caso de las espinacas el tratamiento culinario o industrial que se suele aplicar consiste en un lavado y una cocción en agua caliente. Ainía ha comprobado cómo la biodisponibilidad del calcio, el hierro y el cinc de la espinaca dismimunye significativamente con la cocción tradicional e industrial.