Hay muchas formas de protestar. Desde las manifestación a la resistencia pacífica o a la violenta. Pero quizá protestar con el arte es la que, al menos, deja mejor recuerdo. Y es lo que una vez más ha hecho Greenpeace.

Graffiti Worldwide


La organización ecologista ha reunido a un grupo de artistas y voluntarios de todo el mundo. Como ellos mismos afirman, desde Londres a Yakarta se ha unido para denunciar cómo las grandes comercializadoras de aceite de palma están detrás de la destrucción de hábitats naturales en los países productores. 

Los artistas han pintado 20 murales de grandes dimensiones en 20 ciudades de todo el planeta. 20 graffiti, alguno de los cuales mide 25 metros cuadrados, para mostrar un mundo distinto sin explotaciones agrícolas masivas y agresivas. 

Bangkok, Kuala Lumpur, Santiago de Chile, Praga o México DF son algunas de las ciudades en las que se ha llevado a cabo esta acción. En todos ellos los artistas han querido mantener una sensibilidad cercana a la naturaleza. No tanto mostrar el desastre como lo que estamos perdiendo.

Es la forma de llamar la atención y que alude directamente a las grandes compañías. A todas las relacionadas con el gigante de la explotación comercial de ese producto, la compañía Wilmar. Greenpeace pretende hacer presión para que estas empresas obliguen a la productora a adoptar estándares más rígidos en cuento a la protección medioambiental en sus explotaciones.

Marcas como Colgate, Johnson’s, Kit-Kat, Doritos o Dove. Compañías de las que todos tenemos varios productos en casa que muy bien pueden ser los causantes del desastre actual en las selvas, sobre todo de Asia. Ahora tienen un nuevo opositor. El arte.