Ni el hielo más duro lo está resistiendo. Ni esas capas heladas que permanecían así décadas están pudiendo con el cambio climático. Las zonas de hielo más sólido del Ártico se están derritiendo, dos veces al año. Y eso es algo insólito. 

Estables hasta ahora

Se trata de capas de hielo que se mantenían estables incluso en plenos meses de verano: Sin embargo, los científicos han observado que en los últimos meses, gran parte de esta capa se ha licuado. Los motivos, evidentemente hay que buscarlos en los fenómenos asociados al incremento de las temperaturas

La combinación de aire más caliente y de la llegada de agua proveniente de corrientes que también se han recalentado está causando este deshielo. Los expertos han descrito la situación como “alarmante”. 

El mar de la costa norte de Groenlandia se encuentra normalmente tan congelado que ha sido descrito como la última área helada. Ahora tendrán que buscarle otro nombre. Los deshielos parece que se van a convertir en una constante. Solo este año ya se ha registrado el fenómeno en dos ocasiones. Primero en febrero y después a principios de septiembre. 

Reacción en cadena

No es solo preocupante el deshielo en sí. Como suele ocurrir en estos casos, los científicos temen que se desate una reacción en cadena. El deshielo mueve grandes masas de aguas a menor temperatura, lo que supone mayor erosión para el hielo que permanece.  En la actualidad, ya prácticamente todo el hielo del norte de Groenlandia es hielo móvil, es decir, placas de hielo que se forman y de disuelven estacionalmente. 

Hasta hace unos años, la corriente Transpolar mantenía estas zonas en congelación permanente. Parece que es una panorama que nunca volveremos a ver.