Las energías renovables ofrecen todas las ventajas y cada vez menos inconvenientes. Y no se para de trabajar para que estos contratiempos desaparezcan completamente. Por ejemplo, cómo maximizar la captación de energía solar cuando el astro se empeña en moverse. 

La solución parece sencilla. Basta con imitar al girasol. Ser capaz de diseñar una placa fotovoltaica que se mueva siguiendo al Sol durante todo el día. Pero imitar las ideas de la naturaleza siempre supone un gran reto de ingeniería.

Es el que van a solventar en Holanda este año, dado que se tiene previsto inaugurar la mayor planta solar flotante con estas características. Una serie de islas en la reserva de Asdijk compuestas por 73.500 paneles solares que, sincronizadas, van siguiendo el movimiento de nuestra estrella con precisión. En el trayecto, almacenan toda la energía que pueden. Los ingenieros de Floating Solar esperan obtener un 30% más de energía cada día. 
 

Un archipiélago móvil

En principio, el complejo estará compuesto por tres islas cercanas. El archipiélago se moverá según uno de los algoritmos más fáciles de programar de la historia. En lugar de tener que manejar complejas variables, el programa solo ha de seguir la trayectoria del Sol, que no se prevé que cambie en algunos millones de años. 

Todo el despliegue de ingeniería viene justificado por el rendimiento que la compañía propietaria pretende sacarle. Según sus responsables, cuando el archipiélago esté operativo podrá abastecer de energía a más de 10.000 hogares de la zona.

Pero antes ha de pasar severas pruebas. No solo en su construcción, también en su mantenimiento. La zona en la que se enclavan las islas sufre grandes temporales con rachas de viento que superan los 80 kilómetros hora. La solución es que las islas podrán navegar. Es decir, podrán ser desplazadas hacia zonas más resguardadas cuando se avecine un vendaval.