Ahí donde se asienta una persona hay un foco de CO2. Durante el confinamiento, en casa. Tantas horas de puertas para adentro intensifica nuestro uso de hornos, calefacción, electricidad, internet, conexiones para el teletrabajo, descargas de vídeos... Y eso supone emisiones de dióxido de carbono. los expertos piden concienciarse de la eficiencia energética doméstica, incluida la digital no siempre "verde". 

Un reciente estudio que ha difundido Agencia EFE desvela que 64 millones de conexiones online para visualizar la tercera temporada de Stranger Things equivaldría, en términos de energía, a recorrer en un coche con motor térmico unos 675 millones de kilómetros, y a la producción de casi 190 millones de kilogramos de CO2.

Y así, en los diez primeros días de confinamiento en España a raíz del Estado de Alarma, el tráfico de las redes IP de internet creció casi un 40%, las llamadas se incrementaron el 50 % y el uso de datos por esas redes un 25 %, y el tráfico de plataformas de mensajería instantánea como WhatsApp se multiplicó por cinco.

Desde la consultora Euro-Funding explican a Efe que quedarse en casa para teletrabajar aumenta la huella de carbono doméstica, aunque el impacto sería mayor con el desplazamiento a la oficina si se hace en coche porque añadiría consumo de combustible, más lavadoras para cambiar cada día de ropa y envases de plástico de un solo uso en caso de que se usen para comer fuera.

Por su parte, Mar Satorras, investigadora del Urban Transformation and Global Change Laboratory (Turba Lab) IN3 de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), ha animado en conversación con la agencia a que en estos días de confinamiento se adopten pequeñas acciones más eficientes, con “sentido común”, porque si bien “no podemos salir a comprar bombillas ni electrodomésticos más eficientes”, podemos poner la calefacción a una temperatura no demasiado alta, aprovechar la luz natural abriendo cortinas y persianas, secar la ropa al sol si se puede y mantener sin polvo las bombillas para mejorar la mayor luminosidad. También se puede contratar a algún operador que apueste por energías renovables y cambiar la tarifa de la luz, añade la experta.

Por su parte, el secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo, explica a Efe que internet “parece algo inocente, pero cada vez que buscamos algo en Google, cualquier consulta, se consume energía”. “Tenemos que aprender a dosificarnos, no estar siempre conectados. Encontrar un equilibrio”, añade. Del Olmo valora, no obstante, que muchos de los grandes proveedores de internet estén adoptando planes para que su energía proceda de fuentes verdes.