Beber vino o cerveza forma parte de la cultura en muchos países. Ya sea en una comida familiar, una celebración con amigos o un brindis informal, el consumo moderado de alcohol está presente en el día a día de millones de personas. Sin embargo, que algo sea habitual no significa necesariamente que sea beneficioso para la salud. Durante años se ha debatido si beber vino o cerveza de forma moderada puede tener efectos positivos, especialmente en lo que se refiere a la salud del corazón. Aunque algunas investigaciones han encontrado posibles ventajas, la evidencia no siempre es clara y conviene analizar con cuidado qué nos dice la ciencia al respecto.
La paradoja francesa sobre el vino
Hace casi dos siglos, un médico irlandés observó que el dolor en el pecho (angina) era mucho menos común en Francia que en Irlanda. Lo atribuyó a las costumbres de vida francesas. Años más tarde, este fenómeno pasó a conocerse como, tal y como ha explicado la Universidad de Harvard, la “paradoja francesa”: una tasa baja de enfermedades cardiovasculares en Francia a pesar del consumo habitual de alimentos ricos en grasas como el queso y la mantequilla.
Una posible explicación ha sido el consumo de vino tinto. Esta teoría fue apoyada durante años, sobre todo por la industria vinícola, pero los expertos aclaran que hay más factores implicados. La alimentación y el estilo de vida en algunas zonas del sur de Francia son similares a los de otros países mediterráneos, y podrían jugar un papel clave en la protección del corazón.
¿El vino tinto tiene algo especial?
"Se han difundido ampliamente afirmaciones en los medios durante décadas sobre que beber una copa de vino al día es beneficioso para la salud cardíaca. Sin embargo, estas afirmaciones deben abordarse con cautela", explica Michelle Routhenstein, dietista especializada en cardiología preventiva de EntirelyNourished.com. Aunque es cierto que el vino contiene polifenoles (compuestos vegetales con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias), estos no son suficientes para contrarrestar los efectos negativos del alcohol.
Algunos estudios han indicado que el vino tinto podría tener beneficios cardiovasculares. "Se han difundido ampliamente afirmaciones en los medios durante décadas sobre que beber una copa de vino al día es beneficioso para la salud cardíaca. Sin embargo, estas afirmaciones deben abordarse con cautela", explica Michelle Routhenstein, dietista especializada de la web EntirelyNourished.com.
Ciertamente, el vino tinto contiene polifenoles, unas sustancias de origen vegetal que pueden ayudar a relajar las paredes de los vasos sanguíneos y a evitar la oxidación del colesterol LDL, relacionado con la formación de placas en las arterias. Sin embargo, estos beneficios no son lo suficientemente positivos como para paliar las malas consecuencias que tiene para el cuerpo consumir una bebida alcoholica como es el vino.
Así, tal y como explica la Universidad de Barcelona en un estudio, actualmente hay muchas "evidencias que confirman que el consumo regular de polifenoles en la dieta puede contribuir a un envejecimiento saludable, especialmente si forman parte de una dieta sana, como la mediterránea, y si se asocian a un estilo de vida sano, esto es, que incluya actividad física regular y que excluya el consumo de tabaco o alcohol, por ejemplo".
En este sentido, sí, los expertos confirman que los polifenoles están muy bien, pero no cuando llevan alcohol de por medio.
La cerveza también tiene efectos buenos para el corazón
En el caso de la cerveza, tambien puede tener sus efectos positivos en nuestra salud cardiovascular. De hecho, según explica la doctora Lina Badimón en declaraciones recogidas por El Debate, "el consumo moderado de cerveza se asocia con efectos positivos en la función de las HDL (colesterol bueno), que aumentan su capacidad de proteger contra la oxidación de las LDL (colesterol malo), y mejoran el transporte reverso del colesterol que puede evitar la deposición de lípidos en la pared del vaso sanguíneo".
Así mismo, la experta ha afirmado que diversos estudios han puesto de manifiesto que un consumo moderado de cerveza disminuye la respuesta inflamatoria de la vía del inflamasoma en células del sistema inmune, y añade que tanto la cerveza como otro tipo de bebidas fermentadas "por su contenido en antioxidantes y oligoelementos pueden ser interesantes desde el punto de vista de la protección cardiovascular, siempre y cuando se refiera consumo moderado de alcohol para adultos sanos entre 200-300 ml al día para mujeres y 400-600 ml al día para hombres adultos sanos, siempre acompañado de otros alimentos sólidos".
¿Influye más el tipo de bebida o la forma de beber?
Aunque se han identificado compuestos saludables en el vino y la cerveza, los estudios de población no han demostrado que un tipo de alcohol sea mejor que otro para prevenir enfermedades del corazón. Lo que sí parece relevante es la cantidad y la frecuencia con que se consume.
Una investigación que siguió durante 12 años a más de 38.000 hombres encontró que quienes bebían con moderación tenían entre un 30 y un 35% menos riesgo de sufrir un infarto que los que no bebían. Este beneficio se observó tanto en quienes preferían vino, cerveza o licores, y también fue similar si bebían durante las comidas o fuera de ellas. Además, los que bebían pequeñas cantidades tres o más veces por semana tenían menor riesgo que quienes lo hacían solo una o dos veces.
¿Qué recomiendan los expertos?
La Asociación Americana del Corazón indica que un consumo moderado, de hasta una o dos copas al día para los hombres y una para las mujeres, se relaciona con una menor probabilidad de enfermedad cardiovascular. No obstante, aclaran que no hay pruebas suficientes de que el vino tenga más beneficios que otras bebidas alcohólicas.
Por otro lado, las Guías Alimentarias para los Estadounidenses 2015-2020 no recomiendan empezar a beber con fines saludables si no se tiene ese hábito. La recomendación general sigue siendo seguir una alimentación equilibrada y un estilo de vida saludable como principales medidas para cuidar el corazón.