Lucas Vidal ha conseguido triunfar con su música: un premio Emmy y dos Goyas lo acreditan. Ahora continua creando para grandes producciones cinematográficas y colabora con la ONG Aviaciones sin Fronteras que trae a España niños de países sin recursos sanitarios para que reciban tratamiento en España. Hasta ahora su aportación ha sido económica, pero este año va a acompañarles personalmente para descubrir a estos menores la música española.

“Así, el niño se olvida de sus problemas, puede desconectar e incluso pasarlo bien un ratito”, asegura en una entrevista en Alma, la red de “la Caixa” que muestra una mirada optimista de las múltiples realidades sociales que nos rodean. De ahí que se considere a Alma la red social social.

Notas que curan

Lucas Vidal conoce bien los secretos de la alquimia musical. No en vano, este joven compositor madrileño se ha metido a medio mundo en el bolsillo: ganador de un premio Emmy y dos Goyas, ha creado la banda sonora de grandes producciones cinematográficas y ha fundado su propia empresa de música para tráileres. Sin embargo, es consciente de que el poder de este arte va mucho más allá: tiene la capacidad de abstraernos, alegrarnos, entristecernos y de hacer que personas con realidades distintas se sientan parte de algo más grande, como demuestran año tras año los proyectos de Art for Change ”la Caixa”. Lucas incluso defiende que el arte puede ayudarnos a sanar emocionalmente durante una enfermedad. Él lo vivió en persona. 

 

La música “te salvó” de la senda de la abogacía…

Lucas Vidal ha ganado un premio Emmy y dos Goyas


Hubo un momento en mi vida en que creí que quería ser abogado. Pero a los 16 años asistí a un curso en el Berklee College of Music de Boston y cuando volví les dije a mis padres que, definitivamente, lo mío era la música. Desde muy pequeño me ha gustado. Mi abuelo fue el fundador de la discográfica Hispavox y he tenido la suerte de asistir a conciertos de música clásica desde niño. 

¿Qué música escucha Lucas Vidal cuando no compone?
Trato de hacer otras actividades que no estén ligadas a la música, porque mi trabajo de composición es muy intenso. Me gusta hacer yoga, ir al gimnasio o jugar al ping-pong. Necesito estar tranquilo también, disfruto del silencio, las pausas, la reflexión. Necesito dormir mucho para luego estar despierto y creativo.  

Hace poco que has vuelto a vivir a España. ¿Significa que vas a desvincularte de la composición de bandas sonoras?
En abril del año pasado decidí volver a España porque era un buen momento familiar. Pero no voy a desvincularme, viajo mucho a Los Ángeles. Además, el mundo del cine en España está en plena explosión, y yo soy muy fan de las producciones españolas. 

¿La música tiene una narrativa parecida a la del cine, capaz de crear historias o estados de ánimo?
Creo que, aunque suele haber una especie de guion en las canciones, cada artista tiene su propia estrategia para construir esa historia. De hecho, creo que la música es el único arte que llega al corazón sin pasar por la cabeza. Una canción china o africana puede hacerte sentir algo aunque no la entiendas y, además, el modo de sentirla varía de una persona a otra. Eso le da un valor añadido. 

Se conoce que, cuando escuchamos música, se activan las mismas regiones en el cerebro que con el sexo o la comida. Por eso nos gusta tanto…
Sí, tengo entendido que hay una parte que está relacionada con el placer y que se acciona con la música. Además, sé que cuando uno compone, se activa todo el cerebro. En mi caso, cuando compongo me abstraigo tanto que no soy consciente del espacio y el tiempo.

Hace años, pasaste por una grave enfermedad. ¿Qué papel jugó la música en ese momento de tu vida? ¿Crees que la música puede ayudar a curar?
Tuve un tema médico con 21 años y la música sin duda me ayudó, nunca me ha dejado solo. Tenía la motivación de continuar vivo para seguir componiendo. Durante esa época escuchaba muchísima música clásica y lograba sentirme mejor, evadirme del problema y viajar con la mente donde yo quería. También me ayudó a sacar la negatividad escuchando música que nosotros catalogamos como “triste”. Creo que es positivo conectar también con la ira, el miedo o la tristeza para poder soltarlas. 

Colaboras con una ONG, Aviación Sin Fronteras, que facilita el traslado de menores procedentes de países sin recursos sanitarios para que reciban tratamiento médico en España. ¿Cuál es tu contribución?
Mis padres siempre han colaborado con diferentes ONG, y la labor de Aviación Sin Fronteras me parece muy interesante. Mi colaboración es económica, pero este año quiero empezar a acompañarlos personalmente y a ponerles música durante el trayecto, a descubrirles la música española. Así, el niño se olvida de sus problemas, puede desconectar e incluso pasarlo bien un ratito. 

No sé si sabías que el programa Art for Change ”la Caixa” apuesta precisamente por el arte como herramienta de transformación social. ¿Te parecen necesarias este tipo de iniciativas?
Me parecen muy interesantes estas iniciativas, creo que son totalmente necesarias y valiosas para nuestra sociedad. Los artistas queremos ayudar, no solo haciendo música, sino aplicando lo que sabemos hacer para que alguien que lo necesite pueda beneficiarse y olvidar sus problemas. 

Uno de los proyectos seleccionados en la convocatoria del 2019 de Art for Change, “Gallos de pelea”, hizo un espectáculo de música, teatro y poesía junto a personas con problemas de salud mental, para fomentar su bienestar e inclusión. ¿Te gustaría participar en proyectos así?
Qué bonito, me encantaría. Soy muy fan de las batallas de gallos… musicales, claro (risas). Me encanta el tema de las rimas y el arte de improvisar, creo que hay verdaderos poetas metidos ahí. Además, creo que la música puede ayudar a lograr cierta estabilidad emocional o evocar recuerdos positivos, como el primer beso. Ante eso no hay discriminación alguna, está abierto a todos y a todas.

Imagina un mundo sin música. ¿Qué ocurriría? ¿Qué te ocurriría a ti?
Sería triste, y yo tendría que dedicarme a otra cosa. ¡Tendría que buscarme algo que hacer! A mí me dicen que me dan dos meses de vacaciones y me hacen polvo. Lo que quiero es seguir creando en proyectos diferentes.