Raquel Castillo tiene claro que piensa vivir cada momento de su vida como si fuera el último. "Yo ahora valoro mucho más el tiempo que el dinero. Invirtamos nuestro tiempo en lo que nosotros creamos que es realmente importante. Imaginemos que mañana no existe y vivamos el presente pensando que quizá mañana no nos levantemos". Un linfoma de Hodgin tuvo la culpa de que ahora, esta mujer de 39 años, tenga claro que no merece la pena hacer planes para el futuro sino para hoy.

“Algunas personas me dicen que pase página, que mi cáncer fue algo malo que ya pasó, pero forma parte de mi vida, me ha hecho la persona que soy. Ahora todos mis sentidos están despiertos y no pienso despistarme nunca más”, asegura en una entrevista en Alma, el portal social social de "la Caixa". Ahora dedica toda su energía en decir a la gente lo mucho que la quiere y disfrutar de su sueño, el ciclismo.

“A mí el deporte me da la vida. Pero un día, de repente, empecé a no rendir. Me ahogaba y no entendía por qué, hasta que un día escupí sangre y los médicos me diagnosticaron un linfoma de estadio 4, el peor, que me afectaba a los pulmones. ¡Los pulmones! Lo que más necesitaba. A pesar de no beber ni fumar y ser deportista. Fue la peor de las noticias”, recuerda. Sin embargo, no se rindió y consiguió hacer frente al linfomra de Hodkin que padecía. 

El sueño de Raquel

Nunca dejó de soñar. Entre otras cosas, decidió que si se curaba haría la Trasalpina en solitario, en total 510 km en mountain bike, desde la ciudad alemana de Garmisch y con final en el italiano lago de Garda. Cuando se curó se puso en contacto con la Fundación Josep Carreras para ver cómo podía ayudar a la causa. Su reto deportivo se convirtió en un reto solidario en migranodearena.org, explica Clàudia Nogués, gestora de la iniciativa solidaria de la fundación. “La gente suele colaborar cuando ha tenido un amigo o familiar afectado. Pero el hecho de que ella misma hubiera tenido y superado la enfermedad nos enamoró aún más”.

Raquel fue también nombrada embajadora de Ride For Her (asociación sin ánimo de lucro que desarrolla acciones solidarias a través del ciclismo para ayudar a las mujeres con cáncer).

Consiguió superar el reto y  acaban de nombrarla, con todos los méritos, “Causa del mes”. “Me puse supercontenta. Me sentí recompensada por todo el esfuerzo. Y el hecho de acabar la travesía me demostró que no hay sueños fáciles ni mucho menos imposibles”, recuerda feliz. Consiguió los 2.000 euros que quería recaudar para la Fundación Josep Carreras aportando su grano de arena a la lucha contra el cáncer.

El regalo de dar vida

La Fundación Josep Carreras ha conseguido 10.000 trasplantes de médula ósea y 350.000 donantes registrados, en poco más de 30 años. Ahora, esta luchadora asegura que su misión más importante es “informar a la gente para que se hagan donantes de médula. No esperemos a que alguien cercano la necesite. Es algo que puedes dar. No es que al donarla te quedes sin, no te quitan un órgano importante. Es una transfusión de sangre y puedes donar tantas veces como quieras”, insiste. “Es uno de los mejores regalos: dar vida”.