La derechita valiente que acosa sistemáticamente a periodistas, políticos, activistas y demás personas de ideología de izquierdas a través de redes sociales es tan valerosa que suele esconderse tras cuentas en las que no aparece su nombre verdadero ni una imagen real que identifique a la persona que se encuentra detrás de la pantalla. Su coraje aumenta, además, cuando ven aproximarse la posibilidad de que se revele quién es el sujeto que comparte comentarios misóginos y racistas, momento en el que emiten súplicas de gallardía.

“Acepto el trato, te lo juro”. Estas son las palabras que pueden leerse en una conversación mantenida entre Román Cuesta, periodista de Diario Red que está destapando a múltiples acosadores y hostigadores ultraderechistas que se esconden en redes tras avatares, y uno de los agresores que acudió hasta su casa para agredirle por su trabajo. El emisor de estas es el tuitero conocido como UnFachaPromedio, quien ha decidido salir del anonimato de forma prematura al desvelarse que este mismo jueves se revelaría su identidad.

El fulano es Alejandro Mata, que antes de darse a conocer forzosamente ha mantenido una conversación, cuanto menos vergonzante, con el periodista. Román advirtió de que este jueves se revelaría la identidad del cuarto y último agresor que acudió hasta la puerta de su case para agredirle y el jovencito ultra entró al investigador con las amenazas iniciales habituales entre esta chusma: “vete preparando”. El periodista, acostumbrado y con sorna, procede en la conversación a jugar un poco con él, remitiéndole una foto en la que aparecía, ante las dudas del extremista sobre si de verdad conocía su identidad.

Cómo me llamo […] Tengo severas dudas de que lo sepas […] Di mi nombre pues”, se suceden los mensajes del ultrilla, repitiendo una y otra vez la misma idea, como si de Rosalía en su temazo de 2018 o el emisor de una petición sexual se tratase. Las mofas de Román, que le recomienda al interesado esperar a leer la información en Diario Red o acudir a la Guardia Civil a contar la verdad de lo ocurrido el día de la agresión a cambio de una pildorita de información, continúan y el nivel de las peticiones se reducen.

Di mis iniciales y acepto el trato, te lo juro”, se arrastra Mata. Pero Roldán no pica y alude a su falta de credibilidad, reclamando que presente la confesión ante benemérita y le mande una foto de ella firmada. “Sé que pese a rojo, eres un tío de palabra. Si me dices mis iniciales te adjunto antes de mañana copia de mi declaración ante la Guardia Civil”, apunta el extremista a esta sugerencia. Posteriormente, la conversación continúa y Mata reconoce haber estado presente grabando la agresión como parte del grupúsculo. Tras no conseguir su cometido, terminó por destapar su propia identidad.

 

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