Juego de Tronos se ha despedido para siempre. La que para muchos es la mejor serie de todos los tiempos, aunque esta afirmación levante algunas ampollas con los fans de Los Soprano o Breaking Bad. Pero hay un análisis, entre los tropecientos que ha habido, que dará que hablar y no precisamente porque juzgue la calidad de la temporada, sino hace hincapié en la “lección política” del último capítulo de la ficción de HBO.

El columnista de ABC, Hughes, ha realizado un análisis de la serie en el que destaca que la “gran lección de la serie es el retrato de la utopía comunista y socialista”. En este sentido, relaciona esta teoría con el personaje de Daenerys. “Quedó demostrado con el súbito y delator apasionamiento de Pablo Iglesias con el personaje”, destaca y añade que “la serie permite desvelar la inmadurez política y torcida mitología de nuestra joven experta”.

En el último episodio de la serie, vemos a “Daenerys en una parafernalia nazi bajo una gran bandera y vestida de cuero frente a su poder militar”. Para el autor, esto no es otra cosa que un trasunto del sueño comunista de “traer el paraíso a la tierra". “Es un proyecto cargado de buenas intenciones pues ella cree hacer lo correcto”, destaca.

“A la aventura de Daenerys le acompaña el sueño de un hombre nuevo, libre, preludiado por los Inmaculados que la siguen con fidelidad religiosa en una especie de tabla rasa humana”, añade y establece dos riesgos, siendo uno de ellos “el dominio mundial de la Khaalesi”, lo que define como “el infierno provocado por la voluntad de traer el paraíso a la tierra”.

Es la propia Daenerys, sin embargo, la que contribuye a evitar el “apocalipsis del Hombre Blanco”, lo define como una suerte de hecatombe nuclear. En este sentido, Hughes considera que la Khaleesi obró de la misma manera que los “comunistas” con el nazismo. Así las cosas, el autor pide que alguien le pregunte a Pablo Iglesias por el final de Juego de Tronos, como "admirador de la empoderada Khaleesi". 

Daenerys contribuye a evitar el primero (como los comunistas evitaron el nazismo) pero constituye en sí misma el segundo. Alguien le debería preguntar seriamente a Pablo Iglesias, admirador de la “empoderada” Khaleesi, por el Final de Tronos.