El 20 de noviembre de 1975 se daba a conocer la muerte de Franco y comenzaba la tan ansiada Transición. Sin embargo, todavía hoy son muchos los méritos que se le atribuyen al dictador y que no fueron obra suya.

-No inventó la Seguridad Social

Si hay un hecho que se le atribuye a Franco por encima de los demás (además de los pantanos), es la creación de la Seguridad Social. Muchas veces hemos oído que esta es obra del dictador, pero no es cierto. 

Lo único que hizo Franco fue dar este nombre a las políticas de protección social a los trabajadores que ya existía. Entre ellas, la Ley de Accidentes de Trabajo, que se creó en 1900, tras un estudio realizado por la Comisión de Reformas Sociales para mejorar las condiciones de la clase obrera. También el seguro obligatorio de maternidad, la actual prestación por nacimiento y cuidado del menor fue aprobada antes de Franco, en 1923.

El antecedente concreto a lo que conocemos como Seguridad Social es el Instituto Nacional de Previsión y fue creado en 1908 bajo el gobierno del conservador Antonio Maura. Lo que hacía este organismo era integrar las cajas que gestionaban los seguros sociales que iban surgiendo.

Lo único que hizo el Franquismo fue aunsr esos seguros bajo una misma marca e implantar un modelo unitario . Algo que no hizo hasta 1963 con la Ley de Bases de la Seguridad Social primero y con la Ley General de la Seguridad Social en 1966, después y que ya durante la democracia se reformaron para tratar de corregir algunos problemas aún persistentes bajo la tutela del dictador.

-No creó la red de pantanos

Otro "gran éxito" que se le reconoce a Franco, pero que tampoco es suyo. La red de pantanos no se creó bajo la dictadura franquista, sino que se planteó por primera vez en 1902 en el Plan General de Canales de Riego y Pantanos, conocido como Plan Gasset y continuó durante la II República con el Plan Nacional de Obras Hidráulicas, o Plan Badajoz, impulsado por Indalecio Prieto. Lo único que hizo el Franquismio fue retomar las obras después de la Guerra.

-No inventó las viviendas de protección oficial

La primera ley de viviendas de protección oficial se llevó a cabo en 1911 y se conocía como Ley para el Fomento y la Mejora de Casa Baratas. El problema que tenía esta ley era que obligaba a los obreros a diponer de al menos 3.000 pesetas para poder acceder a las viviendas, por lo que varios socialistas se agruparon en la Cooperativa Obrera para la Adquisición de Viviendas Baratas y crearon podemos decir, las primeras (después de la ley) 116 viviendas de protección oficial.

Lo que hizo Franco una vez más fue retomar el proyecto al finalizar la Guerra, bajo la  Ley de Viviendas de Rentas Limitadas de 1954.

- Con Franco se pasaba hambre y había paro

Claro que con Franco se pasaba hambre y había paro. Partiendo de esta base hay que saber que Franco creó las cartillas de racionamiento en 1939, que sí permitía a la población acceder a ciertos productos tasados, pero las cantidades de ellos que recibía la población era tan mínima que le gente pasaba hambre. Además, el hecho de que el Estado se autoabasteciera provocaba la falta muchas veces de productos básicos como el aceite o el café.

La situación se endereza un poco a partir de la década de los 50 con los acuerdos de Madrid con Estados Unidos. En estos años se pone fin a las cartillas de racionamiento y se cambia la política económica.

En lo que respecta al paro, no se puede saber con exactitud ya que no fue hasta 1964 cuando se realizó la primera encuesta de la EPA (deslizaba que había un 2% de paro en España). Ni este año ni antes se tenía en cuenta el gran volumen de personas que emigraron a otros países, el trabajo de las mujeres ni el subempleo, por ejemplo, de los jornaleros.

-Ya existían las vacaciones pagadas

Las vacaciones con remuneración son anteriores a la época del dictador. Ya en 1918 había ciertos sectores como los militares, los profesores o los empleados públicos que tenían derecho a 15 días de vacaciones al año.

La reforma se extendió con el gobierno de la República. Largo Caballero estableció que todos los trabajadores asalariados, independientemente del puesto que desempeñaran, tuvieran derecho a un permiso ininterrumpido de una semana de vacaciones. 

Lo único que hizo el Franquismo fue,nuevamente, retomar esta ley. No fue hasta la democracia cuando este permiso se amplía a 21 días primero y a 23 después, bajo el gobierno de Adolfo Suárez.