Paula, una joven polaca cuyo nombre natal es Paulina, se presenta en Twitter como “tu socialista de confianza” y desde hace años es famosa en redes sociales por la devoción que profesa por el presidente del Gobierno español, al que alguna vez ha atribuido la culpa de hacerle “volver a confiar en la política”. Como no podía ser de otra manera, la joven está siguiendo las andanzas de Pedro Sánchez por Nueva York, donde se encuentra asistiendo al 80º periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas y ha aprovechado para subirse al carro de la última sorprendente campaña.
Desde hace unos días, cuando en Francia comenzó el runrún y la noticia saltó a España, se empezó a especular con una posible candidatura del jefe del Ejecutivo al Premio Nobel de la Paz. No existe ninguna prueba veraz que así lo fundamente, dado que las nominaciones son secretas, pero tampoco sería tan sorprendente si se repasan ganadores anteriores, como Barack Obama, o si se atiende a la pretensión de Donald Trump de hacerse con el galardón. Independientemente de quién pueda ganarlo, Paula ya tiene su favorito.
“Que Pedro consiguiera una nominación al Premio Nobel de la Paz sería realmente un clavo en el ataúd para todos los que dudaron de él en los últimos años”, ha compartido en sus redes sociales, adjuntando una fotografía del presidente sonriendo. Tras esta publicación han llegado unas cuantas más, aprovechando el viaje internacional de Sánchez y su defensa de la población palestina que sufre el genocidio de Israel, en las que asegura que “es mucho más genial que otros líderes mundiales”.
“Su influencia está creciendo. A lo grande. Y no podría estar más feliz por ello”, ha apuntado Paula, en alusión al discurso de Sánchez desde la Universidad de Columbia. Esta aseveración no dista tanto de la defendida desde La Moncloa, cuyos pesos pesado recuerdan que España fue “el primer país” en dar el paso de reconocer a Palestina como Estado y ahora, mucho tiempo después, grandes pesos como Francia, Reino Unido, Canadá o Portugal están siguiendo estos pasos.
Para conocer si esta asombrosa y ajena andanza de Sánchez hacia el Nobel se cumple, todavía habrá que esperar, aunque no mucho tiempo. El nombre premiado se conocerá a comienzos de octubre, en Oslo, y la ceremonia tendrá lugar el 10 de diciembre, en el Ayuntamiento de la capital noruega, por el que no se espera que entre Sánchez. Aunque desde diferentes ámbitos se extiende cada vez más el runrún, llegando a personalidades de relevancia, y todo coinciden en la misma actitud: ¿y si sí?