La actriz Verónica Echegui falleció demasiado pronto, a los 42 años, tras una larga lucha contra el cáncer. Hasta el final, sin embargo, continuó trabajando y manteniéndose activa en el terreno profesional. Su energía, su entrega y su carácter cercano dejaron huella tanto entre sus compañeros como en el público que la seguía desde sus primeros papeles.
Una de sus últimas participaciones en televisión, que hasta ahora no había visto la luz, es Ciudad de sombras, serie que protagonizó junto al actor Isak Férriz. La plataforma Netflix ha confirmado recientemente su estreno: estará disponible a partir del 12 de diciembre, convirtiéndose en un homenaje póstumo a la trayectoria de la actriz madrileña.
En Ciudad de sombras, la adaptación de la primera novela de Aro Sáinz de la Maza ,autor de la tetralogía del inspector Milo Malart, se relata un crimen inquietante . La historia nos traslada a Barcelona, donde un asesinato sacude uno de sus edificios más emblemáticos: la Casa Milà, conocida popularmente como La Pedrera. Allí aparece el cadáver calcinado de una persona colgado en la icónica fachada de Gaudí, un suceso que pone en marcha una compleja investigación policial.
El caso es liderado por el inspector Milo Malart (interpretado por Isak Férriz), un policía brillante pero marcado por su carácter obsesivo y por un pasado profesional complicado. Tras una suspensión disciplinaria, Malart regresa al servicio acompañado por la subinspectora Rebeca Garrido, papel que interpreta Echegui. Juntos formarán un dúo lleno icónico, cuya relación irá evolucionando a medida que se adentran en un caso cada vez más oscuro y personal.
El legado de una gran actriz
Nació en Madrid en 1983 con el nombre de Verónica Fernández de Echegaray, y desde pequeña tuvo claro que quería dedicarse a la interpretación. Estudió en la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD) y su vida cambió en 2006, cuando Bigas Luna la eligió entre unas 3.000 aspirantes para protagonizar Yo soy la Juani. Su papel, fresco y cercano, la convirtió en un referente para toda una generación y le valió una nominación al Goya como actriz revelación.
Desde entonces construyó una carrera estable, combinando cine de autor con proyectos más comerciales. Fue nominada al Goya en tres ocasiones más —por El patio de mi cárcel (2008), Katmandú, un espejo en el cielo (2011) y Explota Explota (2020)— y ganó dos premios Gaudí, como mejor actriz protagonista por Katmandú y mejor actriz secundaria por La ofrenda (2021).
Por desgracia falleció este pasado mes de agosto a los 42 años tras una larga lucha contra el cáncer, conmocionando al cine español.
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