La Isla de las Tentaciones regresa este lunes como principal baza de Telecinco para remontar sus datos de audiencia tras registar su peor octubre de la historia. Sandra Barneda vuelve a ponerse del reality, que estrena una inédita estrategia de programación: los lunes ofrecerá un programa con su duración habitual, continuando los martes y los miércoles en la franja de access prime time.

Una bienvenida sorpresa por parte de los solteros que desatará las primeras desconfianzas, la identificación del primero que sobrepase los límites y active la luz de la tentación en cada villa y un determinante visionado exclusivo para las solteras formarán parte del arranque de esta nueva edición del formato producido por Cuarzo (Supervivientes, ¡Vaya Fama!) en la que veremos a una comunicadora que mostrará más enfadada por cierta actitudes de las parejas. ElPlural.com conversa con Sandra Barneda sobre esta novena edición de La Isla de las Tentaciones, entre otros muchos temas como su decepción con Pablo Motos

Pregunta (P): ¿Cómo te has enfrentado a esta edición?

Respuesta (R): No me puedo enfrentar a este miedo. ¿Qué tiene menos éxito? Para mí, el éxito es lograr hacerlo y estar ahí y sostener a esas parejas luego. Que tengas más o menos éxito, pues ya me llegará otra cosa de éxito o no. 

(P): No te preocupan estos momentos de tu carrera, ¿no?

(R): Es que ya he estado abajo y he vuelto arriba y he estado a la mitad y no he tenido programa y luego, de repente, me decían que no sé, que cómo voy a hacer política o cómo voy a hacer realities, que yo una tía tan seria y tal y de repente pues ahora soy uno de los rostros de realities de Mediaset.

Es que mejor soltar y no controlar, y la expectativa que te deje que la vida te sorprenda, porque te acaba sorprendiendo.

(P) Más allá del fenómeno Montoya, la octava edición de La isla de las tentaciones funcionó muy bien en audiencia. Has hecho prácticamente todas las ediciones. ¿Crees que va a ser complicado mantener el listón o superarlo? ¿Siempre piensas que puede ir a más?

(R): Yo voy ahí y me dejo llevar. Lo que ocurra ahora ya no está en mis manos. En mi carrera, creo que tengo el récord de fracasos habidos y por haber como un programa cuando entré en Mediaset, que se llamaba La séptima silla y duró un día y no había silla. Y no llegué a tener los guiones en la mano. O sea, después de eso, todos conocemos que hay picos, pero La isla de las tentaciones no ha tenido solo un Montoya, sino grandes momentazos. Recuerdo que en pandemia era tremendo el nivel de datos que teníamos, lo de Montoya ya se ha llegado a tener una viralidad y el porqué de la viralidad, aparte de que fue un momentazo, pero con muchas otras secuencias.

Me acuerdo de Estefanía, fue en los Goya, que todo el mundo hablaba de eso y que fuera un agente que comenta internacionalmente realities lo colgó y a partir de ahí dijeron "Oye, ¿qué está pasando con este programa en España?". Y de ahí, pero estoy convencida que muchas secuencias de otras temporadas de La Isla de las Tentaciones se hubieran hecho virales mundialmente, porque es un formato que está muy bien hecho, que Cuarzo lo hace realmente muy bien. 

(P): ¿Cada vez es más difícil encontrar parejas que sean reales? Porque también puede haber mucha pareja que se presente a los casting por la fama o la notoriedad.

(R): Es que lo veo fuera. ¿Cómo estamos a nivel de relaciones humanas? O sea, el otro día hablaba con un amigo y me decía: "No, si es que yo pareja no". Prefiero "aquí te pillo, aquí te mato. O sí, pero no sé". Me enteré que una amiga muy enamorada ,de repente, le pilló con alguien en una cafetería. Me sentí incómoda y me pasó el otro día. Dije: "No voy a preguntar quién es, pero no me da la sensación que sea un compañero de trabajo, pero ya hablaremos de este tema". Hace una semana me decía que estaba fenomenal y estábamos cenando con su pareja. ¿Sabes?

Y esto dirías: "¿Es verdad? ¿Es fingido? ¿Me fingió a mí? ¿O cuando estábamos cenando me dijo su verdad, que está muy bien, pero no tanto? ¿O tienen un pacto de pareja?". Es que ya no lo sé, porque tampoco he entrado en la intimidad de la pareja. ¿Entiendes la complejidad? Y eso nos pasa cada día. ¿Cómo vamos a pensar que no vamos a tener suficiente gente que nos dé una verdad en La Isla de las Tentaciones? Lo que pasa es que lo que he dicho. Es como una pastilla de caldo: todo concentrado que cuando sueltas te da el caldo.

(P): Hay parte de la audiencia que no ve La Isla de las Tentaciones que critica el formato. Como presentadora, ¿cómo defiendes y cómo explicas a la gente que los concursantes son reales y lo que pasa es verdad?

(R): Bueno, he traído amigos que lo han visto y han flipado. Creo que no se les ocurriría a los guionistas frases tan y momentos tan increíbles. Es imposible. La verdad está en que ellos están en una situación límite y que las emociones o sea te desbordan y es verdad que no se reconocen ni siquiera ellos, ¿no? Entonces, la verdad está ahí. Todo el papel que pueden decir "voy a hacer esto" es que se les desmonta. Es que le ves que se quedan bloqueados o que empiezan a temblar o que se contagian con el grupo. Es imposible. Es que no tendría el éxito.

(P): Volviendo a las parejas, no ha habido una pareja como Darío y Almudena que lleven 11 años juntos en la historia de La Isla de las Tentaciones, ¿no?

(R): Estaban Marta y Lester, pero ellos llevan más todavía y su historia es muy interesantes. Son historias interesantes y distintas, que eso está muy bien que hayan apostado ahora un riesgo, que hubieran apostado después de una octava temporada, decir "No vamos a buscar un Montoya o una historia como Anita", que sería la tendencia. Han confiado y han buscado parejas que nos den y con el riesgo de saltar al vacío, que al final es a ver cómo se enfrenta.

(P): ¿Es la que más te ha sorprendido?

(R): No, me sorprenden todas. Por ejemplo, luego están Claudia y Gilbert, que hay un amor absoluto, pero un amor muy loco también y también me sorprenden. Luego también está lo que te decía de Sandra y Juanpi, que es muy real y que se queda desde el minuto uno. Ocurren cosas que no te esperas, que les descoloca y como están separados, ahí te cuestionas todo. O sea, entras en el delirio de decir: "¿Pero quién es el otro? ¿O quién es la otra. ¿Pero realmente conozco a mi pareja? Esto es una maquinaria que empieza a activarse y hace que ocurran cosas allí que ni siquiera son conscientes.

(P): ¿Qué has aprendido en esta edición de La Isla de las Tentaciones?

(R): En esta edición, que no sabemos nada del amor ni de nuestra pareja. No la podemos coger ni la podemos controlar. Que vivas día a día. En cualquier momento, o te da puerta o le das puerta, o seguís, o decidís seguir, o te reenamoras, que no sabemos nada. Es que lo tengo claro, o sea, me reafirmo. Que vivas y que, si no estás feliz, que te atrevas a dar el paso. Y que si estás feliz, que te atrevas a dar el paso.

(P): Cuando terminan las ediciones, ¿sigues la pista de los concursantes?

(R): No me gusta saber qué pasa porque tengo que grabar el reencuentro. No sé cómo están. Cuando terminamos de grabar, desconecto hasta el día de grabar el reencuentro. 

Al igual que, a la ida, tengo la manía de ver las parejas cuando me monto en el avión. Me coloco mute y veo los vídeos. Luego ya comento, me hago un croquis, los solteros... Aprovecho ese viaje largo. Ya sé todos los nombres, ya los he estudiado.

(P): Decías en la rueda que tú aprendes mucho sobre el amor con lo que ves. ¿Qué dirías que no tienen que hacer las parejas para evitar la autodestrucción?

(R): Pues yo qué sé. Intentar querer cuando no te quieres a ti, ¿no? Porque entonces es que vas directo a la autodestrucción. Como no te quieres, querrás que te amen a cualquier precio, pero como no te quieres tú. Es un camino de aprendizaje del amor en el que estamos todo el mundo en general, que es el motor y que es nuestro motor de vida, pero ahí estamos como aprendiendo que la pareja es una elección, que es un día a día y que es un trabajo.

Puedes elegir el impacto primero o puedes seguir la típica rutina o no. Son muchas cosas que aprendo. Sobre todo aprendo de ellos la verdad, la frescura. No hay que perder la valentía. Y a veces cuando nos hacemos mayores nos volvemos como más miedosos o más comodones. Cuando tengo esto ya y no vaya a serlo. Y ellos son que se lanzan. Para bien y para mal. 

(P): ¿Tú tendrías la valentía de someterte a una tentación?

(R): A una tentación sí, lo hago continuamente. La propia vida es una tentación. A nivel de pareja estamos tentados continuamente. Es que yo salgo a la calle aunque tenga pareja y me puede aparecer la tentación. Es que la tentación existe. Es real. No me creo que una persona que lleve no sé cuánto tiempo con su pareja diga: "Nunca me ha gustado nadie". A mí me gusta la verdad que me digan.

Me pasó que un día estaba de cena. Me sorprendió y me vi que estaba poniendo mi atención en una persona. Y me fui, llegué a casa y dije: "¿Qué me ha pasado?". Es que la tentación está, es lo que haces. Y luego, es que yo siempre lo digo, me encantaría hablar del mundo de la pareja muchísimo más, pero desde un punto más, porque el mundo de la pareja está evolucionando a un nivel máximo.

(P): Algo tiene que haber en común porque hay espectadores que son de generaciones anteriores a las parejas y ha tenido bastantes cuernos.

(R): Pero los cuernos han existido. Lo que pasa es que se han silenciado o las parejas se quedaban ahí porque no se atrevían, como muchas parejas. En ese momento era porque no había una independencia económica. Ahora también puede ser por miedo a la soledad. ¿Cuántas parejas están en pareja porque realmente se quieren y están convencidos que quieren estar ahí? Esa es mi pregunta. Es que no lo tengo tan claro, ¿eh? O porque estás por rutina. Total, esto pasa. 

"Nos queremos. Es buena persona". Pero, ¿esto es lo que tú quieres para tu vida? Entonces, a mí es lo que me gusta. Y ellos son... Y a veces siento envidia. Luego también sufres las consecuencias, pero ese punto de vivir la vida desde ese lugar auténtico dentro de tus defectos, que dices "Lo sentí así, lo hice, es que vamos perdiendo ese punch".

(P): Lo que sorprende es que sigan pensando que su amor va a poder con todo después de tantas ediciones viendo lo que hemos visto.

(R): Porque son parejas de verdad. Reales.

(P): Ya, pero teniendo una pareja de verdad también dices: "Yo no iría a concursar, porque, oye, no quiero ser tentada".

(R): Hay una parte de naif y romántica que, como estoy muy bien en pareja, ahora mismo yo creo que mi amor podría. Lo que pasa es que no me la jugaría. Es decir, con todo lo que sé.

Hay parejas que han sobrevivido y se han reforzado, pero todas han evolucionado y han entendido muchas cosas sobre el mundo de la pareja y de ellos mismos en La Isla de las Tentaciones porque es realmente un choque brutal. A ver, creo que te pone ahí todo. Lo que tú sientes, cómo eres, los míos que tienes. Yo les veo que, cuando se separan, si no se ha despedido o no le ha mirado, ya tiene una rayada y ya todo lo que había pensado se le va. Porque empieza "Es que no me ha mirado, es que fíjate, es que fíjate cómo está y tal". Y a lo mejor es que estaba nervioso o nerviosa. Sabes que no era nada, pero tú ya te montas tu película y sobre eso te vas a la villa. Y ahí empieza tu vía crucis. 

(P): ¿Cómo llevas el hecho de que Broncano diga que el programa más daño le hace es La Isla de las Tentaciones?

(R): La verdad es que encantada. Con Broncano me llevo muy bien. Es un tío fantástico que el año pasado fue muy generoso con nosotros.Vamos, yo haría un crossover. Si nos lo permitieran, sería brutal. O sea, podría ir a La Revuelta y comentaría. O el que viniera al debate. Creo que tiene esa valentía y esa generosidad de incluirlo y de felicitara un formato que le estaba ganando en un momento de éxito total. Es como tiene que ser entre compañeros. 

Que nos tenga miedo o un poco de vértigo también, pero todavía no se ha estrenado. Te lo diré el lunes o el martes, pero bueno. Eso es que es un formato que la gente tiene ganas. Lo que pasa es que otros, pues no sé, a lo mejor, dicen otras cosas o tiran a La Isla de las Tentaciones por lo bajo. Creo que hay que alegrarse de los éxitos ajenos y los éxitos propios.

(P): Le habéis dado un disgusto a Broncano con tres noches que vais a competir prontamente contra él.

(R): Bueno, no solo a Broncano, le hemos dado disgusto a todos los que están ahí compitiendo. Espero que La Isla de las Tentaciones sea un gran competidor y ya está. Y oye, a mí me encanta, ¿sabes? Eso te mueve y te motiva a que también tu programa sea distinto. La competición y la competencia es sana. Lo que no es sano es intentar descalificar un programa. Eso a mí no me gustó.

(P): ¿Qué te ha dolido concretamente?

(R): Bueno, pues que Pablo Motos diga que es muy difícil competir contra la pornografía. A mí eso no me gustó, y lo dijo hace unas cuantas ediciones.

Te lo digo porque se lo diría a él tranquilamente. De su programa digo qué bien. Que lleven años haciéndolo implica un mérito. El llegar a un éxito así en la televisión con la competencia que hay es que se lo están currando. Creo que La Isla de las Tentaciones nos lo curramos y que porque le hace pupa pues lo califique de eso... Te hablo de hace años. A mí personalmente me dolió como compañera de misma profesión. Creo que él se equivocó y lo sabe.

(P): ¿Has tenido la oportunidad de hablarlo con él?

(R): No he tenido la oportunidad de hablarlo con él, pero, de verdad, estoy convencida de que es un tío muy inteligente y ahí se equivocó. También es verdad que a veces dices cosas que luego te captan y no sé en qué momento lo dijo. Me acuerdo que estaba grabando no sé qué temporada de La Isla de las Tentaciones, y salió eso. Pensé que no hacía falta.

(P): Es como que sigue esta idea de que hay tele buena y tele mala. Que quizás el reality es menos bueno que lo que puede hacer otro tipo de programa.

(R): Es que la tele es entretener. es absolutamente democrática y te vas ahí, cambias de canal o lo que sea. No hay tele mal, hay compañerismo y no compañerismo. Yo opto por ser merecedores de trabajar por alcanzar éxitos que son mucho más complicados que los fracasos, porque hay una proporción menor de éxito, y de felicitar como me han felicitado muchos compañeros de profesión. Vean o no La Isla de las Tentaciones. Estamos por encima de eso. Sabemos que cuando un programa tiene éxito, hay un trabajo y hay una calidad detrás muy grande de edición, de curro... Entonces, creo que desmerecerlo no merece la pena.

(P): Has comentado que te has enfadado mucho en esta edición, que te has saltado el guion a nivel estratosférico. No sé si tú te llevas luego ese enfado al hotel después de la grabación.

(R): Sí, me lo llevo porque a veces te ponen una tesitura complicada. Ellos están con su película, con su sufrimiento, con su fuera de sí. Al final, estoy trabajando y estoy representando a un canal, a una productora y, en esos momentos, tengo que reaccionar. O sea, no es yo como Sandra, que me estoy tomando una copa con una amiga o una cerveza y te voy a decir cualquier locura. Esto es un programa de televisión y hasta aquí. Y ese límite, si lo cruzas, pues al menos, te voy a decir lo que creo.

(P): ¿Te verías otra vez dando las campanadas en Telecinco y por qué no con Montoya al lado?

(R): Pues no me lo había planteado, la verdad, pero no lo sé. O sea, las campanadas de pandemia, que fueron las campanadas donde no había gente, fueron muy especiales también. Así que no lo sé.

(P): ¿Te gustaría?

(R): Hombre, creo que las campanadas siempre es un punto de como un premio de agradecimiento que te da la cadena, que te dice "Oye, mira, con Montoya", y con Anita no creo. Si lo lograran, sería la pera. Creo que yo sobraría. Les dejaría ahí y les diría "Venga, cada uno que diga una campanada". Sería histórico realmente que los consiguieran tenerlos ahí, y a ver cómo acaban. Si se tiran las uvas o se acaban besando para celebrar el 2026, o qué hacen.

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