“La casa de los gemelos” nació como el experimento más salvaje de la temporada en Internet: una convivencia 24/7, con cámaras fijas, emitida en directo en redes y sin filtros al estilo Gran Hermano. Detrás, los hermanos Carlos y Daniel Ramos, conocidos como Zona Gemelos, que han convertido sus directos con personajes virales y el patrocinio de juegos de azar en un negocio potente. El domingo 12 de octubre, lanzaron su propio “GH” low-cost; en menos de diez horas, se vieron obligados a cortar la emisión por la escalada de violencia y descontrol. Lo confirmaron, con autocrítica, al admitir que “se fue todo de madre” y que la seguridad no estaba garantizada.
Un formato para el choque (y sin red)
El planteamiento fue simple y explosivo: una casa alquilada, siete perfiles muy virales de TikTok/Instagram y un directo ininterrumpido. La comparación con Hotel Glam apareció en cuanto se conoció el casting, y no es gratuita: el morbo y la fricción se convirtieron en motor del contenido desde el minuto 25, cuando estalló la primera pelea. Triana Marrash y “La Falete” se empujaron, lanzaron comida y tuvieron que ser separadas por seguridad. El resto de la noche transcurrió entre gritos, escupitajos, tirones de pelo y alcohol circulando sin límite. Resultado: cancelación en cuestión de horas.
Quién es quién: el casting, bajo la lupa
Triana Marrash: del harén de un jeque al epicentro del reality
Triana Marrash fue, sin duda, la estrella de la casa. Personaje nacido de las redes sociales, alcanzó notoriedad mediática en 2025 tras contar en televisión que formaba parte del harén de un jeque en Dubái, una historia que relató con todo lujo de detalles: viajes en jet privado, bolsos de oro y café con partículas de oro, aunque confesó que vivía “en una jaula de oro”. Detrás del personaje hay una historia más dura: nacida como Laura en un pueblo de Tarrasa, Triana aseguró haber sufrido rechazo familiar durante su transición de género, especialmente por parte de su hermano, “que no entendía su condición”.
Su fama creció tras una polémica desaparición que resultó ser un montaje para ganar popularidad, lo que la llevó a alejarse temporalmente de las redes. Su regreso se produjo precisamente en La Casa de los Gemelos, donde volvió a demostrar su capacidad para generar contenido. En apenas unas horas se enfrentó a varios compañeros, especialmente con “La Falete”, y protagonizó los momentos más tensos y virales del programa. Su mezcla de dramatismo, provocación y autenticidad la convirtió en la figura más comentada del reality.
“La Falete”: temperamento, gritos y espectáculo
Apodada así por su parecido con el cantante sevillano, “La Falete” es un personaje habitual en redes por su estilo directo y su humor desmedido. En La Casa de los Gemelos fue el contrapunto perfecto a Triana Marrash: impulsiva, teatral y dispuesta a discutir por cualquier motivo. Su enfrentamiento con Marrash en los primeros minutos de convivencia -con comida volando y gritos incluidos- marcó el tono del programa y se convirtió en el clip más viral de la noche.
Fuera del reality, “La Falete” ha construido su marca personal sobre la exageración y la irreverencia, con un discurso entre lo cómico y lo provocador. En la casa, mantuvo ese mismo rol, generando tensión constante con el resto del grupo. Aunque su presencia acabó precipitando la suspensión del directo, también la consolidó como uno de los rostros más reconocibles del nuevo entretenimiento “trash” digital.
Ruth y José: amor, celos y drama
La pareja formada por Ruth y José llegaba con la etiqueta de “los románticos del reality”, pero su relación fue cualquier cosa menos pacífica. Acostumbrados a compartir su vida amorosa en TikTok, su dinámica en la casa giró en torno a los celos, las discusiones y las reconciliaciones escenificadas. Su trama sirvió de alivio entre tanto caos, pero también alimentó el morbo del público que esperaba un triángulo amoroso.
Ambos aprovecharon el programa como escaparate para relanzar su imagen en redes. Su estrategia fue clara: mostrarse “auténticos”, discutir en público y reconciliarse en cámara. Aunque no protagonizaron los mayores escándalos, fueron piezas clave para mantener el ritmo emocional del formato y darle un barniz de “reality clásico” entre tanta locura.
Teresa Moreno y Misha: el dúo incendiario
Entre las figuras más imprevisibles del programa estaban Teresa Moreno y Misha, dos perfiles creados para provocar. Teresa, conocida por sus vídeos en los que mezcla belleza, sarcasmo y confesiones íntimas, fue una de las concursantes más astutas: supo mantenerse al borde del conflicto sin caer del todo. Misha, por su parte, fue el elemento más volátil, intercalando momentos de ingenuidad con estallidos repentinos que avivaron las peleas.
Manolito: visibilidad o explotación
El fichaje de Manolito, creador de contenido con acondroplasia, generó un debate inmediato. Para algunos, su participación suponía un avance en la representación de la diversidad en los realities; para otros, fue un ejemplo de cómo Zona Gemelos instrumentaliza perfiles “peculiares” para aumentar el morbo. En cualquier caso, Manolito asumió el papel con naturalidad y se mostró como uno de los pocos habitantes que intentó mediar en los conflictos. Pese a sus intentos de mantener la calma, acabó arrastrado por el clima general de descontrol.
¿Qué pasó dentro? Sexo (frustrado), alcohol y violencia
Lo que vimos —y lo que se ha documentado— fue caos. En los primeros compases hubo una pelea en cocina que obligó a intervenir a seguridad. Durante la madrugada se encadenaron escenas de violencia verbal y física; una invitada televisiva, Nicole Delgado, habló después de “violencia verbal y física” y deslizó que hubo destrozos materiales en la vivienda. En paralelo circularon clips de un edredoning a tres que no llegó a más, y un topless de Marrash en una de las habitaciones. Todo ello con alcohol como catalizador.
Sobre las drogas, los Gemelos lo niegan: en entrevistas recientes, sostienen que no hubo estupefacientes y que sí hubo alcohol, como en otros realities mainstream, aunque insisten en que habrá nuevas reglas. Es un matiz importante en el ruido de redes: se observó deterioro y conductas erráticas, pero no hay pruebas verificadas de consumo de drogas en emisión; la propia comunicación de la productora enfatiza ese punto.
Por qué reventó (y por qué volverá)
El programa reventó por diseño: convivencia sin normas claras, perfiles seleccionados para el combate, alcohol libre, y una ausencia de cortes que impide enfriar conflictos. Todo eso es gasolina en directo. La decisión de cancelar la primera edición llegó tras horas sin dormir, con la casa “destrozada” -según los propios organizadores- y el temor explícito a que ocurriera “algo grave”.
Pero el negocio también quedó demostrado: cifras virales, tendencia en X y cobertura en generalistas. Por eso, vuelven. Zona Gemelos ha anunciado más seguridad, reglamento interno y emisión en Kick con gala de presentación en plató, intentando envolver el caos con apariencia de control. Se situa un regreso inmediato, con el alcohol aún presente y la promesa (otra vez) de marcar límites. La apuesta: mantener el “trash” que hace ruido mientras se evita cruzar el umbral penal y sanitario. Difícil equilibrio, pero perfecto para la economía de la atención. En suma: el mismo volcán, con vallas más altas alrededor.
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