Sarah Santaolalla se ha convertido en uno de los rostros más perseguidos de Televisión Española (TVE). Desde hace meses, la analista política sufre una campaña de acoso plagada de tintes machistas a través de redes sociales, pero a la que también ha contribuido miembros de la ultraderecha, como Bertrand Ndongo o distintos diputados de Vox que han atizado contra ella y otras compañeras en comisiones de control. La salmantina ha sentenciado el "silencio cómplice" de aquellos que callan ante el acoso a las periodistas.
"Siempre temeré tanto el silencio cómplice de algunos y algunas cuando una mujer es violentada como al ruido del agresor", escribía Santaolalla en su cuenta de X -anterior Twitter- citando parte de un artículo de Público sobre "cacería machista contra comunicadoras de izquierda "el que ha colaborado.
En dicho artículo, Santaolalla critica que las mujeres que se dedican "a la comunicación, al periodismo, al análisis político" ya han "normalizado" que esto sea "parte" de su trabajo, "sobre todo si eres de izquierdas". Esta normalización apunta que es "lo más peligroso" de todo: "Creo que no podemos mirar a otro lado y aquí hago un llamamiento también incluso a mujeres que no piensan como nosotras. No podemos aguantar esa complicidad: me preocupan los machistas y los agresores, pero me preocupa también el silencio de los nuestros que -muchas veces- por cobardía, rivalidad, negocios o ego no denuncian lo que nos pasa".
La colaboradora nunca ha callado ante las campañas de acoso sufridas en sus propias carnes. Recientemente, en una entrevista con el portavoz de Facua, Rubén Sánchez, hacía balance de sus casi seis años en la pequeña pantalla: "Creo que sí que ha merecido la pena, pero he sufrido como un perro. He tenido que aguantar que por decir una opinión progresista se difundiera información privada de cuando tenía 13 años, fotos mías con 14 años, han intentado sexualizar fotos mías de cuando era una niña de 8 años, he sufrido como utilizaban la figura de mi padre muerto para hacerme daño, como filtraban mi DNI o dirección, que me acosaran en la calle".
La analista política afirmaba que "no me he callado, no me he doblegado y eso les jode mucho", añadiendo que, además, "les jode que sea tía": "Ellos quieren que las mujeres feministas estemos siempre dentro de la categoría de 'Charo' que venden a los jóvenes. Por otro lado, señalaba que, entre estos grupos de acosadores existe una "especie de clasismo".
"Llevan mal que haya chicas que aparezcamos en sus tableros y panoramas que salimos de barrios obreros, que hemos tenido que trabajar y estudiar, que hemos tenido que poner copas a las 12 de la noche para ir a clase a las 8 de la mañana. Llevan mal eso, no tener un apellido compuesto. Cuando te hablan de tetas, de cuerpos, en estas tetas hay más dignidad que en todos sus cojones", reivindicaba Santaolalla. "Hay mujeres muy dignas que salimos de barrios, de facultades públicas, de entornos donde no nos han regalado nada. Hay mujeres que queremos comernos el mundo, y hay machistas y acomplejados a los que les da miedo. Que una mujer quiera hacer cosas y diga lo contrario a lo que piensan es como: 'cómo puede ser, cómo puede ser que después de tantos años intentando dominarla y atarla a unas ideas salga mal'. Pues conmigo, Sarah Santaolalla, ha salido mal", añadía, afirmando que "a mí, estos cabrones me han hecho de hierro".
Santaolalla ha comunicado en distintas ocasiones que ha emprendido acciones legales contra estos acosadores y, asegura, que no se doblegará: "Estas cosas las he vivido y las sigo viviendo, porque sigo denunciando. No sigáis porque os voy a denunciar". Y es que la periodista afirmaba que, a su juicio, "esta gente solo aprende cuando les condenan a pagar pasta".
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