Orain zer? en euskera. ¿Ahora qué? en castellano. Dos palabras que esconden resiliencia, superación y, también, sufrimiento e incomprensión. En plena polémica con los cribados en Andalucía, Ainhoa Urgoitia ha dado vida a este documental sobre el cáncer de mama y la mastectomización a la que se deben someter algunas mujeres. Tras superar la enfermedad habiendo perdido uno o sus dos pechos, el camino no se acaba. Las preguntas y dudas sobre realizarse una reconstrucción comienzan a aflorar en un contexto en el que faltan referentes y sobran estereotipos. Mujeres que, a ojos de la sociedad, parecen ya no serlo tanto porque el pecho ha sido ligado tradicionalmente a una idea de feminidad. Orain zer?, comienza a retumbar.
Este documental es la historia de cuatro mujeres mastectotomizadas, que aprendieron a quererse con sus cicatrices, pero también un homenaje a la fallecida madre de Urgoitia, que padeció un cáncer de mama hace 30 años. A raíz de una primera producción basada en el duelo, la vasca comenzó a recordar algunos momentos junto a ella: "Mi madre llevaba prótesis y, cuando íbamos a la playa, siempre se tapaba con el bañador para que no se notase. Había una cierta curiosidad en la gente y de vergüenza en ella. No se tumbaba en la toalla, se quedaba sentada en la silla".
En 2018, Ainhoa recibió la llamada de su amiga Ane. Le invitaba a una fiesta de despedida a su pecho izquierdo. Pasado y presente se unieron en ese momento, despertando la necesidad en Urgoitia de contar el proceso de todas aquellas que se ven obligadas a someterse a esta amputación. Porque como ella resalta, aunque el término suene duro, es la realidad.
Orain zer? surge de la necesidad de crear referentes para estas mujeres a las que, en muchas ocasiones, la reconstrucción se les presenta como la única vía para seguir en la rueda de la sociedad. Para seguir formando parte de esa categoría de "mujer" que ha creado la sociedad y que tan cruel resulta. "Parece que para pasar página tiene que ser la sociedad la que la pase. Parece que te disfrazan y tienes que volver a ser esa persona que eras antes, y por eso tienes que llevar una prótesis, reconstruirte", explica la creadora.
(P): Habiendo vivido el mismo proceso en épocas distintas, ¿sientes que ha habido una evolución en la sociedad al respecto?
(R): Siempre hablamos de que la sociedad avanza, ¿no? Quizás no avance todo lo que debería. Hay una falta de referentes que es muy importante. Yo quería abordar en este documental mujeres que han decidido no reconstruirse, porque desde la propia sanidad el paso es ese.
Te han quitado un pecho, o los dos, y el siguiente paso para volver a ser esa persona, para que la sociedad pueda pasar página, no tú, y vuelvas a entrar en ese canon es que tú te reconstruyas. Hay muchas mujeres que no quieren reconstruirse, pero no saben si esa opción está ahí o no. No es algo que se visibilice como normal, entonces, en ese sentido, la sociedad no ha avanzado tanto.
Todavía se sigue perpetuando la idea de que tienes que volver a ser aquella persona que eras antes y quizás tú no quieras volver a ser esa persona que eras antes porque ya no lo eres. Tú ya eres esa persona con esas cicatrices, con esas circunstancias y con lo que tú has vivido. La que tiene que seguir hacia adelante eres tú. El problema es que el cuerpo de la mujer sigue siendo opinable por todo el mundo.
(P): ¿Cómo fue el trabajar con estas cuatro mujeres? ¿Cómo afrontaron también ellas el proyecto?
(R): Encontré a un grupo de mujeres del País Vasco que habían decidido no reconstruirse y fue como una explosión porque era lo que buscaba. Era esa decisión libre y autónoma de decir 'no me voy a reconstruir, quiero mi cuerpo tal y como es'. Fue muy fácil trabajar con ellas porque buscan crear esos referentes que no tuvieron cuando tomaron esa decisión. Una de ellas decía que tuvo que recurrir a mujeres inglesas que habían optado por esta opción porque no encontraba referentes cercanos.
Se trata también de volver a querer tu cuerpo porque estamos en una lucha constante, pese a estar sanas, por todas las imposiciones estéticas que nos vienen. Algo que me llamó mucho la atención es que me contaron que había mujeres de 70 años u 80 años que habían padecido cáncer de pecho y ni siquiera se habían atrevido a contarlo en su entorno por esa sensación de ya no encajar en esa categoría de mujer. El pecho de la mujer siempre ha estado muy asociado a la feminidad y parece que cuando pierdes un pecho ya no entras en esa categoría fija de mujer.
Parece que cuando pierdes un pecho ya no entras en la categoría de 'mujer'
(P): Como no tiene pecho no eres femenina y, por ende, la sociedad te expulsa.
(R): Claro, porque la sociedad se ha quedado en una categoría estanca de lo que es el concepto de la mujer. Y si no encajas y estás en las márgenes, la sociedad te expulsa, no le interesas. Por ello, en muchas ocasiones, para buscar esa validación y que la sociedad te vuelva a ver como mujer, recurren a esa prótesis. Parece que la sociedad tiene que aceptarte y no, tú tienes que tener la decisión y el derecho a decidir hacer con tu cuerpo lo que quieras.
(P): Ahora que, por desgracia, el cáncer de mamá se encuentra en pleno foco mediático por el cribado realizado en Andalucía, ¿qué opinión tienes habiendo vivido esta enfermedad tan de cerca?
(R): La salud de las mujeres sigue siendo de segunda regional. Oía a los políticos decir que son casos aislados, pero es que da igual que sea un único caso. Tenemos un sistema público que debe defender a las mujeres y garantizar nuestra salud. Lo que no podemos es echar balones fuera y decir que es un caso aislado.
Es un fallo de la política y mañana va a seguir ocurriendo si no se concibe que la salud de las mujeres tiene que garantizarse. Se tiene que tener en consideración que puede haber mujeres que mueran.
Me voy a asustar, pero tengo derecho a saber cuál es mi situación médica
(P): Tener cáncer de mama ya es un proceso muy duro de por sí, pero en el caso de estas 2000 mujeres además se les está imposibilitando comenzarlo en caso de que así tenga que ser.
(R): Es que no es solo el diagnóstico, sino la prevención. ¿Qué pasa? ¿Que las enfermedades de las mujeres están en segundo plano hasta que pasa algo así? Si no hubiese estallado, continuaría perpetuándose. La sensación es de que nuestros malestares están en un sistema de atención de tercera regional. Nuestra salud tiene que estar por encima de escurrir el bulto.
(P): Moreno Bonilla aseguraba que no se informa de casos dudosos de cáncer de mama "para no generar ansiedad". De nuevo, vuelve a ser otra manera de decidir sobre ellas y su salud, dejándolas sin margen de acción.
(R): Entramos en un paternalismo en el que no te aviso para que no te asustes. No, perdona, es que me voy a asustar, pero tengo derecho a saber cuál es mi situación médica. Nosotras somos los sujetos activos y no los políticos. No necesitamos ningún paternalismo ni que alguien nos diga 'es que no te lo decía para que no te asustes'. Déjame y dime cómo estoy.
No sé si nos damos cuenta de lo que va a suponer para estas mujeres recibir una llamada en la que tu vida puede saltar por los aires. Yo pediría más respeto sobre las decisiones y los derechos que tenemos las mujeres a saber sobre nuestro estado de salud. Ya que se han olvidado de nosotras y no se ha hecho lo que se debía, que no nos infantilicen.
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