En un video viral, la tiktoker Marina Rivers ha contestado con contundencia al youtuber RickyEdit, quien la acusó de incoherente por hablar de los problemas de acceso a la vivienda juvenil mientras ella ha adquirido recientemente un chalet. La influencer, lejos de esquivar la polémica, defendió su independencia económica y arremetió contra quienes, como Ricky, residen en Andorra mientras critican a creadores que tributan en España.
Todo comenzó cuando el youtuber acusó a la tiktoker de “hipócrita” por acudir a programas de televisión a hablar sobre la crisis de la vivienda y, al mismo tiempo, haber comprado una vivienda “de lujo”.
Lejos de quedarse callada, Marina respondió en un extenso video en el que desmontó punto por punto las acusaciones.
Una crítica a la lógica “incoherente”
En su mensaje, Rivers ironiza con la idea de que alguien no pueda opinar sobre problemas que no vive en carne propia:
Según esa lógica absurda, yo no podría estar en contra de la guerra de Ucrania porque no soy ucraniana, ni criticar el genocidio en Palestina porque no soy palestina. Tampoco podría preocuparme por el hambre en el mundo porque yo no lo sufro
Para la creadora, el razonamiento de RickyEdit y otros críticos es “ridículo”, ya que su condición de privilegiada no debería anular su capacidad de visibilizar problemas sociales que afectan a su generación.
Independencia económica y esfuerzo personal
Marina Rivers también aprovechó su intervención para aclarar que su éxito se debe a su propio trabajo y no a favores externos:
No soy hija de nadie, ni novia de nadie. Todo lo que tengo me lo he ganado yo. TikTok está abierto y es gratis. Nadie me ha regalado nada
La influencer recalcó que la vivienda que ha comprado la ha pagado íntegramente con su dinero y “tributando en España”, lanzando así una indirecta al propio RickyEdit, que vive en Andorra.
La paradoja de la vivienda y los jóvenes
Otro de los puntos centrales de su discurso fue el acceso a la vivienda. Reconoció que, aunque ha logrado adquirir una casa, la situación de los jóvenes en España es crítica:
Aunque yo me pueda comprar una vivienda, eso no me impide ver que muchos jóvenes de este país no pueden hacerlo. Uso mi altavoz para reivindicar el derecho a una vivienda digna y que no se especule con bienes básicos.
Con esta declaración, Rivers quiso remarcar que su caso particular no debería invalidar su compromiso con causas sociales.
Defensa de lo público frente a lo privado
La tiktoker también defendió los servicios públicos, pese a reconocer que podría acceder a opciones privadas:
Prefiero lo público. He estudiado siempre en la universidad y colegios públicos. Quiero una educación y una sanidad de calidad para todos.
Al mismo tiempo, criticó que se le ataque por reivindicar derechos sociales mientras se aplaude a quienes se marchan a tributar fuera del país:
Lo sencillo es irse a Andorra y no decir nada. Pero yo quiero una sanidad y educación pública de calidad para todo el mundo.
El golpe final a RickyEdit
Para concluir, Rivers cerró su intervención con un tono irónico, lanzando un dardo directo a Ricky:
"Un besazo desde mi casa, pagada con mi dinero e impuestos en este país. Y tú, desde tu casa en Andorra, claro que sí."
La contundencia del mensaje ha dividido opiniones: mientras algunos celebran la valentía y claridad de Marina Rivers, otros mantienen la crítica sobre si una creadora con éxito y poder adquisitivo es la persona adecuada para hablar en nombre de la juventud precarizada.
Lo que está claro es que el enfrentamiento ha puesto sobre la mesa un debate de fondo: ¿pueden los influencers privilegiados reivindicar causas sociales sin ser tachados de hipócritas?