Dicen que la realidad supera a la ficción, pero lo cierto es que, en muchas ocasiones, una nutre a la otra, y viceversa. Las piezas del tablero geopolítico se desplazan más y más rápido y, muchas de ellas, con movimientos cada vez más cuestionables en el juego. Este telón de fondo es el que muestra El Centro, la nueva serie de Movistar Plus+ que se adentra en el desconocido universo del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) a la par que muestra el convulso mundo en el que vivimos desde hace tiempo. En las últimas horas, el foco ha vuelto a ponerse sobre la Franja. Mientras que en tierra firme el genocidio de Israel sobre Gaza no cesa, en alta mar, los hebreos han decidido impedir la llegada de cualquier tipo de ayuda humanitaria interceptando la Flotilla que llevaba semanas navegando con destino Gaza. Creadores y elenco, capitaneado por Juan Diego Botto, han alzado la voz contra este abordaje.
Botto asegura que lo que "está ocurriendo en Gaza es atroz y terrible", así como el abordaje de la Flotilla, el cual considera "un fracaso más de la Comunidad Internacional". En este sentido, el actor argentino ha puesto el foco sobre el apoyo -o falta de él- con el que ha contado esta misión marítima humanitaria, que ya es la más amplia organizada hasta el momento con más de 40 barcos y 500 voluntarios: "Es inverosímil que unos barcos que llevan alimentos y medicinas a una gente que está sufriendo un genocidio no tengan ningún tipo de cobertura de la Unión Europea, que el barco italiano y español abandonaran a la Flotilla me parece moralmente lamentable".
Por su parte, el director, David Ulloa ha señalado que "la realidad nos aplasta y hay que denunciarla". El madrileño apunta a que "cada uno es libre de denunciar" el caso de la Flotilla, aunque en su caso tiene claro que "utiliza el altavoz". No obstante, alerta del posible mercadeo que pueden realizar algunos con la tragedia: "Hay que denunciarlo, pero estaría bien no hacer negocio de ello. Y yo creo que en eso los medios de comunicación deberían dar un paso de alguna manera, porque se está convirtiendo en un tema más para llenar los platós. Y eso es un poco triste".
Ulloa, junto a David Moreno, creador de la producción, afirman que hoy en día "contamos con malos para aburrir" y que el "nivel de barbaridad en aumento" desde que se embarcaron en el proyecto. Por ello, este mundo "sin normas" siempre se encuentra de fondo. "Durante el desarrollo vivíamos siempre en un sinvivir, porque íbamos abriendo el periódico y diciendo: 'hostia, qué pasa hoy'. La realidad está yendo a una velocidad increíble y realmente puede aplastar a la ficción, pero es el mundo en el que estamos", cuenta Moreno.
Además, el creador subraya que en la serie se encuentran "referencias reales" que van a hacer que el espectador no termine de escapar de la actualidad: "Arrancamos la serie en El Salvador. Cuando nosotros empezamos a escribir el guion, realmente El Salvador no tenía ni de broma la presencia que ha tenido en los últimos meses. Ese ha sido parte de nuestro curro, el adelantarnos en cierto modo, el leer entre líneas".
La actriz Elena Martín Gimeno coincide en que "la serie se ancla en algunos presentes, como las fake news o la realidad de El Salvador", pero recuerda que "es un contexto para darle realismo a la serie". Llevándolo a la actualidad, momento en el que la serie va a ver la luz, afirma que "hacer una serie que tuviera como telón de fondo un genocidio sería una frivolidad".
Por su parte, Clara Segura, uno de los altos cargos del CNI en la ficción, señala que "los cambios que estamos viviendo ahora son muy bestias; no solo la Flotilla, sino también las declaraciones de Trump, etc.". Sin embargo, deja claro que la serie "no se contextualizó con una actualidad rabiosa" porque entonces habría que estar "cambiando" el guion constantemente.
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