Hace dos meses, en el Salón del Automóvil de Ginebra, una empresa holandesa presentó el PAL-V Liberty, una especie de coche volador. Esta característica tan futurista se la otorga la tecnología de la que se sirve y que le permite adaptarse a las necesidades del usuario, es decir, volar o circular por carretera, según el momento y las condiciones, por ejemplo, meteorológicas.

Dicho artilugio dispone ya de la homologación necesaria para ser operativo en diversos países del mundo. El giroplano, cuyos impulsores esperan que se comercialice el próximo año, tiene un precio que oscila entre los 400.000 y los 600.000 euros.

Ahora, la compañía Uber, en su búsqueda de otros nichos de mercado ante los problemas con los que se ha encontrado para extender su primigenio negocio, acaba de dar a conocer algo similar al PAL-V Liberty, aunque con la vista puesta en el sector del taxi. Se trata de su primer prototipo de taxi aéreo eléctrico. La intención de la empresa es que, tras las pruebas iniciales en Dubai y Estados Unidos calculadas para dentro de dos años, empiece a prestar servicio en Dallas y Los Angeles en 2023 para comercializarse cinco años después a nivel global.

En realidad, ya en El Telescopio hablamos de este nuevo modelo de negocio de la startup más valiosa del planeta hace tiempo, a raíz de su acuerdo con una compañía aeronáutica brasileña, Embraer.

Hoy conocemos detalles más precisos gracias a que los ha publicado Uber en su propia página web en el marco del Uber Elevate Summit, un evento centrado en el transporte aéreo urbano.

Despeque y aterrizaje vertical

De este modo, informa de que los aparatos de despegue y aterrizaje vertical propiciarán "grandes cambios a nuestras ciudades y vidas: viajes diarios más rápidos, menor congestión del tráfico y un aire más limpio en todo el mundo". Precisamente, en febrero de hace dos años se supo que la empresa tecnológica había fichado a Mark Moore, uno de los mayores especialistas en ese tipo de despegue y aterrizaje.

Sin duda, la cosa, a la vista del anuncio, parece que va muy en serio. Como suele suceder en estos casos, para resaltar la importancia del proyecto, Uber hace una comparativa entre un viaje en coche y otro, siguiendo el mismo trayecto, en el taxi aéreo. En esta ocasión hablan de la distancia entre la Marina de San Francisco y el centro de San José (ambos en EEUU). Utilizando el primer medio de transporte, el viaje duraría alrededor de 2 horas; sin embargo, con el nuevo taxi aéreo eléctrico, se recortaría a 15 minutos, con un precio inicial de alrededor de 108 euros por trayecto.

Seguramente, muchos estarán pensando si merece la pena pagar ese dinero. Y esa será la clave, el precio que suponga utilizar este nuevo medio de Uber. La startup reconoce que el objetivo es que ese mismo recorrido en aerotaxi apenas cueste 17 euros.

Aviación a demanda

Tal y como explica la compañía, y ahí está el quid de la cuestión, "la aviación a demanda tiene el potencial de mejorar radicalmente la movilidad urbana, devolviendo a las personas el tiempo perdido en sus viajes diarios".

Lo que sí parece evidente es que lo tiene todo pensado o calculado puesto que su objetivo es crear una red de "aparatos pequeños y eléctricos" de despegue y aterrizaje vertical pilotados que contaría con lo que denomina "vertiports", compuestos de múltiples plataformas para dar servicio a esos taxis.

Uno de los aspectos que destacan del proyecto es su carácter sostenible medioambientalmente hablando, de ahí que la dirección de la empresa rechace los helicópteros que consideran "ineficientes energéticamente".

Uber ha pinchado en algunas de las iniciativas puestas en marcha por cuestiones legales en los países donde se ponían en marcha. En lo que no falla la compañía tecnológica es en la captación de capital para su diversificación. Ahora, ha señalado que la construcción del taxi aéreo eléctrico para realizar la demostración costará entre 8 y 16 millones de euros, cantidad que puede subir hasta los 126 y los 252 millones para hacer frente a las certificaciones y la compra de lo necesario para la producción inicial.

Para empezar, el ejército estadounidense ya se ha comprometido a costear de manera parcial el desarrollo de la tecnología necesaria para una de las partes más importantes del dispositivo, el rotor. El resto, también lo conseguirá, y si no tiempo al tiempo. UberAir ya está aquí.