Ayer se produjo el lanzamiento de una nueva misión a la Luna. Se espera que su llegada a nuestro satélite se produzca dentro de una semana, el 6 de marzo y que, a lo largo de la misión, se demuestre el potencial de la tecnología que se va a desplegar.
The New Yorker califica de “tecno-fascismo” el poder e influencia de Elon Musk sobre el gobierno de Trump
Mientras en Estados Unidos se alzan voces sobre el exceso de poder de Elon Musk y su desmedida influencia sobre el gobierno de Donald Trump, que The New Yorker califica de “tecno-fascismo”, la NASA sigue utilizando sus cohetes [en concreto, el Falcon 9 de SpaceX] para sus misiones.
La Luna es el objetivo
El despegue de la nave de SpaceX [una de las empresas de Musk] desde el centro espacial de Cabo Kennedy ayer supone el envío a la Luna de la tecnología de exploración más avanzada, pero también otras “comerciales”, tal y como reconoce la NASA, incluida una nueva red de comunicación móvil y un pequeño drone.
El objetivo es explorar una de las regiones más planas del polo sur, que es la más adecuada para el aterrizaje de este tipo de máquinas, según explica la agencia estadounidense.
Nueva tecnología
Entre la nueva tecnología que se va a desplegar en esta misión, destacan un nuevo taladro y un espectómetro de masa, diseñados especialmente para “demostrar nuestra capacidad para buscar hielo y otros recursos que podrían extraerse y usarse para producir combustible y oxígeno respirable para futuros exploradores”.
El plan es “excavar hasta unos tres pies [aproximadamente 1 metro] por debajo de la superficie lunar del lugar de aterrizaje, para obtener información clave sobre las características y temperatura, además de detectar otros recursos que puedan yacer bajo la superficie”, explica la NASA.
Además, el drone Grace proporcionará imágenes en alta resolución de la superficie lunar, incluidos los cráteres que están permanentemente en sombra en la zona del aterrizaje. Este vehículo “está diseñado para superar obstáculos como cuestas pronunciadas, rocas y cráteres, para cubrir mucho terreno sin dejar de moverse rápido, lo que es una capacidad valiosa para dar apoyo a futuras misiones en la Luna y otros planetas, incluido Marte”.
Móviles en el espacio
Otra de las tecnologías que destaca la agencia es la red de comunicación para la superficie lunar desarrollado por Nokia: “El sistema usa la misma tecnología celular que la utilizada aquí en la Tierra, reconceptualizada para dar respuesta a los requerimientos específicos de la misión”.
No es que vayas a poder usar el móvil en el espacio, pero los diferentes dispositivos y vehículos sí que hablarán entre ellos con esta misma tecnología.
Tecno-fascismo
Sin embargo, no todo son aplausos. The New Yorker, una de las publicaciones más influyentes en Estados Unidos, asegura que un dirigente del partido republicano explicaba hace poco que la toma de poder de Elon Musk es “algo completamente nuevo en los anales de las corporaciones”.
Kyle Chayka, uno de los redactores con mayor prestigio de la revista, en especial en el ámbito de la tecnología, explica en su última columna: “El tecno-fascismo americano ya no es una abstracción filosófica con la que Silicon Valley pueda jugar”. Según su criterio “es un programa de políticas cuyos límites constitucionales se están poniendo a prueba ahora mismo”.
Musk, en todas partes
Caroline Mimbs Nyce, otra redactora de The New Yorker, afirmaba: “Donald Trump no tiene precisamente una personalidad pequeña. Sin embargo, está empezando a parecer un personaje secundario en su propia presidencia, a menudo eclipsado por la presencia de Elon Musk”.
La periodista añadía: “Musk está en todas partes: en una inauguración, haciendo un gesto a la multitud que se parece al saludo nazi, en la Casa Blanca, respondiendo a las preguntas de los periodistas y sin parar de hablar en la reunión del gabinete”. Y no solo eso, también “en las bandejas de entrada de millones de empleados federales a quienes exige que se justifiquen ante él”.