“Para asegurar la supervivencia de su régimen, dominar la República de Corea e imponer la unificación de la Península Coreana, Corea del Norte ha acumulado un abanico de armas de destrucción masiva”.

Esa es una de las primeras conclusiones del informe Characterizing the Risks of North Korean Chemical and Biological Weapons, Electromagnetic Pulse, and Cyber Threats [Análisis de los riesgos de las armas químicas y biológicas, pulso electromagnético y ciber amenazas de Corea del Norte], publicado por Rand Corporation en colaboración con Asan Institute, una entidad independiente y apolítica coreana, que analiza la situación en su región.

El arsenal incluye armamento nuclear, químico, biológico y pulso electromagnético

Todo tipo de armas

El arsenal del régimen de Kim Jong-un incluye armamento nuclear, químico y biológico, pero también “la capacidad de producir un pulso electromagnético altamente destructivo o incluso letal”.

Según los autores del estudio, esas armas podrían ser utilizadas para una guerra contra la República de Corea y provocar daños en “instalaciones militares, población civil e infraestructuras críticas”.

El gobierno de Kim Jong-un ya ha realizado ataques contra el sistema GPS

Pulso electromagnético

Una de las principales amenazas es el pulso electromagnético. Consiste en la generación de campos eléctricos a través de explosiones nucleares en las capas altas de la atmósfera, a altitudes entre 30 y 500 kilómetros.

Sus efectos se extienden a áreas extensas y “pueden ser muy potentes y potencialmente dañar equipos eléctricos y dispositivos electrónicos a nivel del suelo”.

Como señala el informe, “ha demostrado su interés en inhabilitar la electrónica”. El texto pone como ejemplos los repetidos ataques contra el sistema GPS y varios objetivos de Corea del Sur.

Según sus conclusiones, un ataque contra el país vecino “sería indiscriminado y podría potencialmente provocar daños en Corea del Norte o incluso en China”. Aunque el uso de armas no nucleares para la generación de pulso electromagnético podría permitir los ataques hacia objetivos más concretos.

Se podrían llevar a cabo ataques desde satélites lanzados con misiles balísticos

Desde el espacio

Otra de las amenazas que detalla el informe es la realización de un ataque de pulso electromagnético desde los satélites puestos en órbita por el régimen norcoreano.

Hay dos posibilidades, el Kwangmyongsong-3, lanzado en diciembre de 2012 y del que se cree que se ha perdido el control; y el Kwangmyongsong-4, que se lanzó en 2016. No obstante, ninguno de ellos tiene un peso que permita pensar que pudieran portar un dispositivo nuclear y además orbitan demasiado alto, a 500 kilómetros.

El riesgo puede venir también de los nuevos misiles balísticos del país, que podrían lanzar satélites con el peso suficiente para llevar un arma nuclear y mantener una órbita estable, al menos durante un tiempo limitado, a una altitud de 200 kilómetros.

Sin embargo, el informe concluye que “el impacto de un ataque de pulso electromagnético es altamente incierto. El resultado de esta falta de certeza es que las evaluaciones de su amenaza van desde catastróficas, hasta no muy serias”.

Las ciberarmas norcoreanas son más temibles que sus misiles nucleares

Ciberejército

“Ninguna herramienta en el arsenal de Corea del Norte tiene el alcance y la diversidad de impacto potencial como sus cibercapacidades ofensivas, que pueden centrarse en adversarios a un coste relativamente bajo y en un plazo relativamente corto”, concluye el informe.

El texto menciona a algunos analistas que aseguran que “si te preocupan los misiles de Corea del Norte, probablemente deberías hacerlo más por las ciberarmas de Pyongyang”.

Vigilancia, sanciones y generosidad pueden ser las claves para evitar el conflicto

Recomendaciones

Los autores del estudio recomiendan incrementar la capacidad para detectar y hacer responsable de sus ciberataques a Corea del Norte. Además, es preciso “desarrollar estrategias y capacidades para un conflicto nuclear, incluida la vigilancia y alerta, operaciones de contraataque, defensas activas y pasivas, recuperación y defensa civil”.

También creen que una medida disuasoria sería obligar al régimen de Pyongyang a pagar los costes de sus provocaciones y eliminar sus justificaciones para la escalada de enfrentamientos en la península.

Por último, proponen “hacer propuestas razonables e incluso generosas a Corea del Norte” para fomentar la negociación y propiciar los acuerdos.