Filantrópico es uno de esos proyectos que deberían convertirse en una pandemia como la que lo hizo nacer. Es terminar de hablar con su CEO y fundador, Javier Sanz, y te entran ganas de mandarle el currículum y que te contrate para lo que sea. Y eso que no somos el tipo de persona que busca para su equipo: él quiere gente muy especial, porque su proyecto también lo es.

Te recomendamos que te sientes, le des un sorbo a la que será la última taza de café de la marca que uses ahora mismo [cuando termines de leer esta entrevista, vas a cambiar], y te prepares para conocer un proyecto de emprendimiento en el que todo cuadra.

Javier Sanz es el fundador y CEO de Filantrópico

Filantrópico nace para convertir las ventas de café en donaciones y para integrar a personas con discapacidad

Un proyecto social

“Filantrópico nace para convertir las ventas de café en donaciones y para integrar a personas con discapacidad”, explica Sanz. “Somos una empresa cien por cien social, sin ánimo de lucro. Competimos en condiciones normales con todo el mundo, no recibimos subvenciones, ni somos una ONG, ni una fundación”.

Todo, con un modelo muy diferente al que acostumbramos a ver en el mundo del emprendimiento: “Las acciones no se pueden vender con beneficio, los sueldos están limitados. Está todo concebido para ser una empresa con propósito social“.

Se trata de apostar por un café de más calidad, más sostenible, más social

Una idea muy especial

La idea, surgida durante la pandemia y como consecuencia de la costumbre de Sanz de comprar diferentes tipos de esta bebida por internet, no parece nada especialmente sofisticado: venden café. Pero no uno cualquiera, uno “de plantaciones minifundistas que no tienen acceso a financiación y tienen dificultades para sacar adelantes las cosechas”.

Básicamente, en vez de las cápsulas que anuncian actores de renombre [y cuya calidad es objetivamente peor, medida de la misma forma que se hace con los puntos del vino], ofrecen otras que son compostables y no generan residuos. 

“La idea es ir retirando las cápsulas, que son un residuo, y apostar por un café de más calidad, más sostenible, más social [porque todos los beneficios los donamos] y con el mismo o mejor precio”, detalla Sanz.

Filantrópico ayuda a los pequeños productores con financiación y compra de producto

Plantaciones sostenibles

No solo sus envases y embalajes son sostenibles, sino que las plantaciones “en sombra, bajo los árboles, con lo cual se preserva la biodiversidad y no se aumenta la huella de carbono. Porque otras lo que hacen es quitar los árboles para que les dé más el sol a los cafetos”.

Los beneficios generados se ponen a disposición de intermediarios éticos que ofrecen buenas condiciones para financiar a los pequeños agricultores. “También ayudamos con la compra directa de grandes cantidades para que tengan mejores condiciones, no tengan que acudir a créditos con intereses tremendos y puedan sacar adelante a la familia y el producto”.

Vamos a emplear a personas con discapacidad para que atiendan nuestros puntos de venta

Planes de futuro

De momento, venden a particulares y empresas. Pero tienen planes de futuro: “En enero o febrero estamos pensando empezar en cafeterías y puestos de café para llevar”, nos explica Sanz, que recalca que en esos puntos de venta también mantendrán la máxima calidad, porque “la mayoría del que se toma en España es malo”.

Y ahora vas a entender por qué no sirve cualquiera para esta empresa: “Vamos a emplear a personas con discapacidad, personas vulnerables, para que los atiendan. Pueden manejar nuestras máquinas porque son sencillas y se van a formar específicamente. Sobre todo, discapacidad intelectual, porque es más complicado encontrarles trabajo”.

También apuestan por personas en riesgo de exclusión social como expresidiarios o mujeres maltratadas

Doble impacto

Según Sanz, “ese impacto es buenísimo porque no solo generas una oportunidad para una persona que normalmente está metida en un centro ocupacional o en su casa, sino que además para las familias y para todos es una válvula de escape brutal que su hijo esté trabajando, que tenga una ocupación, que se sienta realizado y se sienta mejor”. De hecho, asegura que quieren constituirse en centro especial de empleo: “Es un proyecto ambicioso pero vamos a por él”.

Para otros puestos de gestión, su objetivo es “apostar por personas en riesgo de exclusión social, ya sean expresidiarios o mujeres maltratadas por ejemplo, para darles una oportunidad laboral”.

Estamos estructurando un fondo social en el que están metidas ocho o diez ONGs

Una empresa sin beneficios

Como ya hemos dicho, la compañía no genera beneficios. ¿Qué pasa entonces con el superávit? “Estamos estructurando un fondo social en el que están metidas ocho o diez ONGs, cada una con un proyecto tipo: desde infancia [cáncer infantil], sostenibilidad [planta de árboles en Teruel], proyectos para mayores, para mujeres… Todos los colectivos vulnerables. También tenemos en África, para reducir la mortalidad infantil y dar oportunidades de progreso a los niños y a las familias”.

No es de extrañar que, el día de su lanzamiento, el 4 de octubre en el South Summit, ganaran el mejor pitch de empresa.

Lo que más nos ha costado es cerrar el círculo de que todo fuera social

Un camino complicado

Pero el camino no ha sido fácil: “Lo que más nos ha costado es cerrar el círculo de que todo fuera social: conseguir en origen la trazabilidad de los productores para nosotros poder decir a la empresa de quién procede el café, en qué condiciones y cómo se cultiva y demás”.

No ha sido el único obstáculo. Sanz asegura que también ha sido complicado “conseguir los proveedores de máquinas de café. Necesitamos que haya modelos que vayan desde para varias personas hasta que tengan que hacer 300 cafés por hora. Eso es complicado por tecnología y costes. Nos hemos decidido por proveedores europeos que fabrican en Suiza y en Alemania”.

Otro tipo de metas

Este emprendedor social asegura que “la gente se ha confundido, se cree que el dinero es el fin, cuando en realidad lo es la felicidad y el dinero es el medio. Si lo que yo quiero es la felicidad, ¿por qué no voy a ir directamente a por ella, en lugar de a por el medio? ¿Para qué me voy a preocupar por el dinero si la felicidad está en otro sitio?”, argumenta.

Y cree que “a la larga es una persecución incesable por el dinero. Con cuatro cosas vives bien y la felicidad es un estado de ánimo interior”. Algo que debería tener en cuenta toda persona que se esté planteando emprender: “Si se dedicaran a hacer impacto social, serían bastante más felices muchas de ellas”.