La preocupación por el futuro del medio ambiente ocupa cada vez más espacio en el imaginario colectivo actual. Debates públicos, nuevas legislaturas, planes de acción: la sostenibilidad se ha vuelto una presencia constante en la vida diaria. No obstante, frenar el cambio climático no es la tarea para una sola persona. Se necesita conciencia colectiva, ideas nuevas y colaboración constante de toda la comunidad.

La educación – a todos sus niveles, - es la clave para prevenir, combatir y concienciar sobre los impactos de la actividad humana en su entorno. Las universidades cobran una importancia especial en este asunto, pues son el foco de investigación, innovación y desarrollo.

Y las instituciones de enseñanza son conscientes de ello. Son destacables su esfuerzo y dedicación para mejorar la formación, tanto dentro como fuera de las aulas, con el fin de crear un camino a futuro lo más sostenible posible. Una de estas universidades es la Universidad Rey Juan Carlos, cuyo compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es reconocido a nivel internacional. Su objetivo es integrar las ODS en todos los aspectos de la vida universitaria, algo que consigue mediante la docencia, la investigación y proyectos extracurriculares, y una visión hacia el futuro.

Docencia de calidad reconocida a nivel internacional

La formación de los futuros profesionales es, sin lugar a dudas, el objetivo principal de los centros de enseñanza superior. Por ello, la Universidad Rey Juan Carlos trabaja constantemente en mejorar su calidad académica. Su éxito se debe en gran parte a su experiencia previa en la materia. “Incluso antes de que se definieran los ODS en el año 2015, ya habíamos trabajado en los Objetivos de Desarrollo del Milenio del año 2000”, explica el Vicerrector de Planificación y Estrategia de la URJC, Andrés Martínez Fernández. Dicho órgano se ocupa de la gran parte de actividades relacionadas con el medio ambiente y sostenibilidad, como es la Oficina Verde, la Agenda 2030 y el Programa de Universidad Saludable.

El esfuerzo contante en la URJC no ha pasado desapercibido. Según el Ranking Shanghai, este 2021 ha ocupado el segundo puesto en España en cuanto a grados relacionados con ecología y medio ambiente. Destaca también a nivel mundial, ocupando 150º puesto, compitiendo con 1800 universidades de 93 países. Dicho ranking, y en concreto su categoría “Ranking global de materias académicas” (GRAS por sus siglas en inglés) se encarga de evaluar distintos factores, como son la investigación, colaboraciones internacionales y premios académicos obtenidos por la universidad en cuestión.

El grado de Ciencias Ambientales merece una mención especial, pues se sitúa en los puestos 401-500 del Ranking QS by subject, que evalúa la calidad de distintos grados a nivel mundial. Su éxito y calidad académica se deben a muchos factores, como son la alta base tecnológica, elevada formación práctica, conexión con las empresas del sector y su versatilidad. “Tiene un carácter multidisciplinar, por lo que resulta atractivo para estudiantes de perfiles muy diversos”, explica la coordinadora de Grado de Ciencias Ambientales y profesora titular de la URJC, Inmaculada Concepción Suárez Muñoz. Destaca también el papel del grado en el cambio social, pues “cada alumno en un mensajero de la concienciación por la necesidad de esta sostenibilidad” también fuera de las aulas.

Más allá de la enseñanza “pura” sobre ecología, también está la asignatura de Reconocimiento Académico de los Créditos, o RAC. Una de estas actividades es “Sostenibilidad: criterios y toma de decisiones”, que constituye un curso obligatorio para “integrar la sostenibilidad como competencia básica” para estudiantes de todos los grados. “Nuestra preocupación por la sensibilización es nuestro rasgo distintivo,” cuenta Consuelo Iriarte Campo, técnico responsable de la Oficina Verde de la URJC, entidad que lleva a cabo numerosas actividades formativas en la materia de medio ambiente y sostenibilidad. “No solo para los alumnos, sino también para el personal PDI y PAS, para que puedan incluir la sostenibilidad en su docencia.” La Oficina Verde, fundada en el año 2010, ha tenido un notable crecimiento a lo largo de los años, y ha pasado de ocuparse de gestiones y análisis a ser una fuente de aprendizaje e innovación.

Sin embargo, la intención de la URJC va más allá de RAC e incluir contenido de las ODS más pertinentes en algunas asignaturas de todas las titulaciones de la Universidad. “Es un proceso lento”, explica Andrés Martínez Fernández, Vicerrector de Planificación y Estrategia de la URJC. “Significa una modificación de la memoria de grado. Entendemos que va a tardar mucho tiempo; pero ese es nuestro objetivo final”. Hasta entonces, esa concienciación se lleva a través de actividades, charlas y conferencias extracurriculares.

Proactividad fuera de aulas

La preocupación de la URJC y sus miembros por un futuro sostenible transciende el ámbito académico y pasa a formar parte de todas las facetas de la vida universitaria. La lucha contra el cambio climático y la contaminación no solo tiene lugar en las aulas, sino que se expresa en numerosos proyectos, investigaciones y acciones que toman los alumnos, los profesores y todo el personal de la Universidad.

El pasado 2020, la URJC ha ascendido en UI GreenMetric World University Ranking, que mide las políticas universitarias que giran en torno a sostenibilidad, energías limpias y los “campus verde”. Su valoración, por tanto, va más allá de lo académico. Evalúa también los residuos producidos, las infraestructuras y la política de reducción de transporte personal. La Universidad Rey Juan Carlos se coloca, por tanto, en el cuarto puesto a nivel nacional, y en el 60º puesto a nivel mundial.

En la misma línea, el ranking Times Higher Education (THE) sitúa a la URJC entre las 10 universidades españolas más comprometidas con la lucha contra el cambio climático. Los objetivos sobre la “Erradicación de la pobreza”, “Lucha contra el hambre”, “Agua potable y saneamiento”, junto a algunos otros de consumo responsable, flora y fauna, destacan particularmente, pues la Universidad Rey Juan Carlos es la única universidad madrileña que aparece en estos retos. “La URJC ha desarrollado un programa de sostenibilidad en toda la universidad con muy diversas líneas de actuación”, cuenta Inmaculada Concepción Suárez. “Entre ellas, están la eficiencia energética, la gestión de residuos, el consumo responsable y la movilidad sostenible.”

Esta preocupación por el estado de su entorno se traduce en numerosas iniciativas y proyectos propios. Uno de los más recientes es “Madrid Borde Sur”. Organizado por profesores y egresados de grado de Arquitectura de la URJC, tiene como propósito convertir los espacios urbanos en un lugar más “verde” y sostenible. Enfocan su trabajo tanto a lo teórico, como puede ser análisis e investigación, como a lo práctico, como son talleres; con el fin de conseguir barrios de mejor calidad de vida. A día de hoy, tiene dos ramificaciones, centradas en los barrios de San Fermín y San Cristóbal en la ciudad de Madrid.

Por otro lado, es importante destacar el esfuerzo colaborativo de la URJC con otras universidades, entidades públicas y privadas. Un ejemplo de ello es el proyecto BIO3 Madrid, enfocado en impulsar la “bioeconomía circular en el entorno urbano” mediante los biorresiduos. Fruto de grupo de investigación Ciberimaginario (formado por los profesionales de la URJC y Universidad Castilla La Mancha), este 2021 obtuvo reconocimiento en los Premios Internet en la categoría “Emprendimiento e Investigación – energías limpias y medio ambiente”.

Finalmente, cabe destacar que la preocupación por el desarrollo no sale de un solo lugar, sino de toda la Universidad en su conjunto. La Biblioteca de la URJC (BURJC) es un gran representante de ello. Su iniciativa más reciente, I Convocatoria de Laboratorios Ciudadanos, tiene como objetivo impulsar proyectos relacionados con alguno de los 17 ODS. Los trabajos seleccionados se van a desarrollar, de manera colaborativa, en alguna de las bibliotecas de la Universidad: de esta forma, se incentiva el intercambio de ideas y diálogo entre los diferentes grupos de investigación. De esta forma, no solo los alumnos y profesores de la URJC se convierten en la fuente de innovación y conocimiento, sino también sus espacios físicos.

Preocupación por el futuro

Las actuaciones del presente no son suficientes para cuidar el entorno. También es importante analizar el pasado y plantear las acciones del futuro. “Ahora estamos más sensibles con el tema de medio ambiente”, explica Consuelo Iriarte, técnico responsable de la Oficina Verde de la URJC. “Es un tema que nos importa a muchos; cada vez hay más personas que colaboran. Hemos cambiado todos.” Concuerda también Inmaculada Concepción Suárez: “Aunque el esfuerzo de la URJC es considerable, es un trabajo continuo que debe estar en permanente mejora, pues los resultados de esta labor repercuten de forma directa en la sociedad.” Por ello, el trabajo de la Universidad consiste no solo en mantener esa concienciación, sino también poner en marcha proyectos de cara a próximos años.

Su Agenda 2030 no solo comprende acciones de hoy, sino también las de mañana. La iniciativa “Un árbol por cada ODS” representa estos objetivos enfocados a futuro. Asociada a la meta 13, que versa sobre sensibilización y mitigación de cambio climático, consiste en plantar árboles en todos los campus de la URJC. Alcorcón, Aranjuez y Vicálvaro ya han cumplido esta meta. Fuenlabrada y los demás campus serán los siguientes.

“Las universidades son de las instituciones públicas más importantes en cuanto al impacto que pueden tener en las ODS”, concluye Andrés Martínez, Vicerrector de Planificación y Estrategia de la URJC. “Si hacemos una correcta sensibilización de los estudiantes durante su proceso formativo, en cuatro años trabajarán con una mentalidad de que su trabajo tiene que ser sostenible".