Acabo de entrar en la página de avisos de la AEMET y se me ha caído el alma a los pies: temperaturas en el entorno de los 40º y tormentas en casi toda España. Y lo malo es que, con tanto calor, si no tienes cuidado, te puedes encontrar con una factura que te descabale todo el presupuesto.

Hoy te traigo algunos consejos para evitar que la ola de calor te cueste un ojo de la cara

Así que, como esta ola de calor parece que sigue y el verano es largo, hoy te traigo algunos consejos para evitar que te cueste un ojo de la cara. Ponlos en práctica, que no son complicados y te pueden ahorrar mucho dinero.

Subir el aire acondicionado un grado puede suponer un ahorro entre el 7% y el 8%

Usa la cabeza

El aire acondicionado es, sin duda, el mayor consumidor de energía durante el verano. Puede llegar a suponer hasta el 70% del consumo eléctrico, porque lo ponemos a todo lo que da y sin cabeza.

Para no asfixiarse con la factura, la recomendación principal es mantener la temperatura entre 24° y 26°, un rango lo suficientemente fresco para estar cómodo pero sin excesos. Y cada grado cuenta, porque subirlo solo uno puede suponer un ahorro entre el 7% y el 8%.

Recuerda que para edificios públicos y privados, las medidas gubernamentales en España establecen que el aire acondicionado no puede crear una temperatura inferior a los 27º.

Si tienes un comercio, no esperes a salir por la puerta para apagar la climatización. Si lo haces 30 minutos antes del cierre, puedes reducir sensiblemente el importe de la factura. Y lo mismo te sirve para tu hogar, si vas a salir a la calle.

Además de la temperatura, el mantenimiento del aire acondicionado es crucial.  Limpia o reemplaza los filtros periódicamente. Un sistema en buen estado es más eficiente y lo que gastas en tenerlo a punto, lo ahorras en consumo.

Ventiladores

Los ventiladores son aliados económicos y eficaces. Consumen hasta un 90% menos de energía que el aire acondicionado. Si los sabes usar bien y los colocas para mejorar la circulación de aire, la sensación térmica es mejor. Y los puedes usar para reducir el gasto en climatización, porque permiten subir la temperatura del termostato unos grados.

Eso sí, recuerda que los ventiladores no enfrían el aire, sino que lo mueven para dar sensación de frescor sobre la piel. Por eso, apágalos cuando no haya nadie en la habitación.

Además, puedess aprovechar las horas más frescas de la noche y la mañana para ventilar abriendo ventanas. Pero ciérralas durante el día y baja las persianas, para evitar la entrada de calor.

Electrodomésticos

En la cocina, que en verano puede convertirse en la habitación más calurosa, opta por electrodomésticos pequeños como ollas de cocción lenta o freidoras de aire, que generan menos calor que el horno. Prepara comidas que no haya que cocinar y se puedan consumir a temperatura ambiente, como ensaladas. Si usas el horno, evita abrirlo innecesariamente y apágalo unos minutos antes de que termine la cocción, para aprovechar el calor residual.

Un consejo general para todos los electrodomésticos es evitar el "consumo vampiro" o "stand-by". Los aparatos en espera consumen energía inútilmente. De hecho, puede alcanzar casi el 7% del consumo eléctrico en un hogar. Utilizar regletas con interruptor facilita su desconexión. Al comprar nuevos aparatos, elige siempre aquellos con etiqueta energética de clase A, que son los más eficientes. También puedes instalar un temporizador en tu calentador eléctrico para que funcione solo cuando sea necesario.

Aislamiento y renovables

El aislamiento térmico del hogar es fundamental para la eficiencia energética. Sella grietas y utiliza persianas o cortinas térmicas, así evitarás que el calor exterior entre.

Un buen aislamiento de ventanas, puertas y cristales reduce el consumo de calefacción y refrigeración. De hecho, entre el 25% y el 30% de las necesidades de calor se deben a problemas de cerramiento. Los cristales con recubrimiento de baja emisividad pueden mejorar el aislamiento y reducir las pérdidas de calor hasta un 11%.

También es importante el aislamiento de todo el edificio, incluidas fachadas, cubiertas y huecos. En el diseño de nuevos edificios, la arquitectura bioclimática busca optimizar el uso de recursos renovables y las técnicas de refrigeración pasiva y natural, como la ventilación nocturna, para reducir las cargas térmicas.

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