La planta química de Cepsa en Palos de la Frontera (Huelva) se convertirá en la primera fábrica de España de alcohol isopropílico (IPA), un producto clave en la desinfección sanitaria, de gran demanda en el mercado internacional. Será pionera también en la utilización del hidrógeno verde en sus procesos y la sustitución de las materias primas de origen fósil por materias renovables. La compañía invertirá 75 millones de euros y estará en pleno funcionamiento en 2025.

El IPA es, entre otras cosas, la base de los geles hidroalcohólicos, que tanto se popularizaron durante la pandemia. Su utilización no solo es habitual en el sector médico y farmacéutico, también en electrónica, cosmética, productos de limpieza, agroquímica y en la industria en general, ya que se puede utilizar como disolvente, siendo menos tóxico que otras alternativas.

Esta importante apuesta de Cepsa por la economía circular y la sostenibilidad se enmarca en su estrategia de transición energética 'Positive Motion', un ambicioso plan con el que pretende convertirse en líder en movilidad sostenible, biocombustibles e hidrógeno verde en España y Portugal. "La instalación va a estar conectada con nuestro Valle Andaluz de Hidrógeno Verde y, por tanto, la actividad estará perfectamente alineada con nuestro compromiso de avanzar en la lucha contra el cambio climático y acelerar la transición ecológica, a la vez que dotamos a España de una mayor autonomía de suministro en este tipo de productos”, asegura sobre el proyecto José María Solana, CEO de Cepsa Química.

La nueva planta reducirá la dependencia de España de productos desinfectantes basados en el alcohol isopropílico procedentes de terceros países, convirtiendo a nuestro país en un referente en el ámbito de la Unión Europea. El consejero de Industria, Energía y Minas de la Junta de Andalucía, Jorge Paradela, subrayó durante la presentación del proyecto que contribuirá de forma decisiva para que España gane en "autonomía estratégica". "Es un ejemplo tangible de cómo la innovación, la sostenibilidad y la creación de empleo pueden ir de la mano impulsando el crecimiento económico y el bienestar de la sociedad europea", añadió.

Una planta pionera

La nueva instalación, con capacidad para producir 80.000 toneladas anuales, funcionará con energía renovable y estará lista para finales de 2025. Se calcula que para su construcción serán necesarias alrededor de 400.000 horas de trabajo, entre mano de obra directa e indirecta.

Conexión con el Valle Andaluz del Hidrógeno Verde

El negocio químico de Cepsa - y la nueva planta de IPA - se beneficiará de su cercanía al Valle Andaluz del Hidrógeno Verde y a la mayor planta de biocombustibles de segunda generación que Cepsa está construyendo, en el marco de una joint venture con Bio-Oils, junto al Parque Energético La Rábida en Huelva.

La ubicación de la nueva instalación junto a la planta química y al Parque Energético La Rábida facilitará un alto grado de integración entre las tres instalaciones y traerá aparejadas fuertes sinergias industriales y económicas. En este sentido, cabe destacar que el suministro de la acetona necesaria para la producción de IPA se realizará desde la planta química de Cepsa, lo que elevará su valor añadido, mientras que el hidrogeno (materia prima) lo proporcionará el Valle Andaluz del Hidrógeno Verde.