El aceite usado para freír es uno de los residuos más comunes que se generan en la cocina. A diario, se producen miles de toneladas que deben gestionarse de forma adecuada, ya que verterlo sin control supone una sobrecarga para las estaciones depuradoras de aguas residuales, disminuyendo su rendimiento. En el peor de los casos, ese aceite puede acabar directamente en los ríos, lo que favorece una de las formas de contaminación más dañinas para los ecosistemas acuáticos: la eutrofización.
Para contribuir a frenar este problema, lo más adecuado es dejar enfriar el aceite (algo fundamental) y guardarlo en garrafas de plástico bien identificadas, como pueden ser, por ejemplo, los envases vacíos de suavizante. Cuando el recipiente esté lleno, si no contamos con un contenedor específico para aceites usados —que ya son habituales en muchas gasolineras y centros comerciales—, podemos llevarlo al punto limpio más cercano.
Otra opción es reutilizar dicho aceite de cocina para fabricar productos para el hogar: por ejemplo, uno de los productos más fáciles y accesibles de hacer, y que siempre vas a necesitar, es el jabón casero. De esta forma, evitas contaminar y además te permite la posibilidad de ahorrar dinero en los gastos del hogar. ¿Pero cómo se puede preparar jabón casero de forma fácil y sencilla? ¡Te lo contamos!
Haz tu propio jabón ecológico y ahorra: guía paso a paso
Este tipo de jabón es útil para tareas de limpieza en general, como lavar ropa, suelos o utensilios. No se recomienda aplicarlo sobre la piel sin consultar antes con un profesional, ya que la soda cáustica puede ser irritante si no se neutraliza de forma adecuada.
Materiales que vas a necesitar:
- 1 litro de aceite vegetal usado (filtrado con papel o tela fina)
- 135 gramos de soda cáustica en escamas (disponible en ferreterías)
- 300 ml de agua fría
- Un recipiente de plástico resistente o de acero inoxidable (evitar el aluminio)
- Una cuchara de madera o palo de amasar para remover
- Moldes (pueden ser de silicona, envases de plástico o cajas de cartón)
- Guantes y gafas de protección
- Opcional: esencias aromáticas o ralladura de limón para dar fragancia
Cómo prepararlo paso a paso:
- Filtra el aceite para quitar restos de alimentos o impurezas. Reserva.
- En un espacio bien ventilado y usando guantes, añade la soda cáustica poco a poco sobre el agua (nunca al revés) y revuelve hasta que se disuelva por completo. La mezcla se calentará debido a la reacción química.
- Deja que esa mezcla se enfríe durante unos minutos. Después, incorpora el aceite en forma gradual mientras remueves de forma constante y enérgica.
- Continúa revolviendo durante unos 20 a 30 minutos, hasta que la preparación tenga una consistencia parecida a una crema espesa.
- Si se desea, en este momento se puede añadir algún perfume natural o un colorante apto.
- Vierte la mezcla en los moldes y déjala reposar al menos 24 horas.
- Pasado ese tiempo, desmolda y deja que las piezas se curen en un sitio seco y aireado entre 3 y 4 semanas. Este período es importante para que el jabón se endurezca del todo y pierda el exceso de alcalinidad de la soda cáustica.