Por desgracia, para unos, y por suerte, para otros, una vez más la inteligencia artificial ha vuelto a vencer al ser humano. Si hace unas semanas era en materia de comprensión lectora, a lo que siguió el primer robot capaz de pasar los exámenes para ser médico de cabecera, ahora de nuevo se produce esa unión entre salud e inteligencia artificial.

Un sistema basado en esta tecnología ganó 2-0 a un equipo de quince prestigiosos médicos chinos en una competición a dos rondas en las que tenían que diagnosticar tumores cerebrales y hematomas a pacientes enfermos, en un concurso organizado en el Tiantan Hospital de Pekín.

El sistema BioMind AI, desarrollado por el centro de investigación en inteligencia artificial para desórdenes neurológicos de ese hospital y por un equipo de la universidad Capital Medical University, hizo en quince minutos un 87 % de diagnósticos correctos (de un total de 225 casos), frente al 66 % que consiguió el equipo de doctores.

En cuanto a la predicción de hematoma cerebral, su precisión fue del 83 %, mientras que los médicos -procedentes de prestigiosos hospitales del país- acertaron en un 63 % de los casos.

Precisión humana "normal"

En ambas pruebas el nivel de precisión de los humanos fue "bastante normal e incluso mejor que la media de precisión que se consigue en hospitales ordinarios", defendió Gao Peiyi, responsable del departamento de radiología del Tiantan Hospital, puntero en neurología y neurocirugía.

El robot ha sido entrenado durante los últimos diez años mediante el almacenamiento de decenas de miles de imágenes de enfermedades relacionadas con el sistema nervioso, lo que le hace capaz de diagnosticar enfermedades neurológicas comunes como meningioma y glioma con una tasa de precisión de más del 90 por ciento.

El vicepresidente del hospital, Wang Yongjun, señaló que lo importante no es quién saliera ganador, porque "el concurso no pretende enfrentar a humanos con la tecnología sino ayudar a los médicos a aprender y mejorar mediante la interacción" con ella, especialmente a aquellos más "escépticos".

Sin duda alguna, uno de los aspectos que este tipo de tecnología y los avances que se consiguen con ella, provocan que aparezca cierto temor hacia ella y los robots. Precisamente, una de las doctoras participantes y que fue eliminada en la segunda ronda, Lin Yi, dijo que da la bienvenida al uso de la inteligencia artificial, a la que no considera un amenaza sino "una amiga".

El jurado por su parte señaló que la inteligencia artificial nunca reemplazará a los profesionales, sino que funcionará de forma similar al uso que un conductor le da a un GPS.

Una máquina no es consciente

En la misma línea se mostraba a principios de año en una entrevista concedida a El Telescopio Ramón López de Mántaras, profesor de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), director del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial (IIIA) del CSIC, master of Sciences en Ingeniería Informática por la Universidad de California-Berkeley, doctor en Física por la Universidad Paul Sabatier de Toulouse y doctor en Informática por la Universidad Politécnica de Catalunya y, además, uno de los grandes expertos internacionales en inteligencia artificial.

López de Mántaras ya adelantaba que "el pensamiento de una máquina no es consciente y el humano es consciente. Yo soy consciente de que estoy hablando contigo. Una máquina no es consciente de nada. La consciencia en las máquinas es ciencia ficción. Una máquina nunca llegará a tener consciencia".

Así para empezar, a muchos escépticos y temerosos de las nuevas tecnologías con seguridad que observarán el futuro (o el presente ya) desde otro punto de vista. Por si quedan dudas, nada mejor que leer la entrevista con este experto para despejar inquietudes.