Es muy raro que los nuevos móviles que salen ahora mismo a la venta, con independencia de su ubicación en la gama baja, media o alta (sin meternos en la calidad de los smartphones), no incorporen el reconocimiento de la huella dactilar. Es un elemento que puede inclinar la balanza a su favor por parte del comprador, aunque luego el uso del sistema apenas se utilice.

Es el boom comercial de la llamada tecnología biométrica. ¿En qué consiste? Evidentemente va más allá de lo que ofrecen los smartphones u otros dispositivos, pero esas funcionalidades relacionadas fundamentalmente con la seguridad son las que permiten conocer qué es.

Esta adaptación de la biometría a las tecnologías de la información (TI) son, grosso modo, el uso de técnicas matemáticas y estadísticas a los rasgos físicos o de conducta de una persona con el objetivo de verificar su identidad.

Varios métodos

En los tiempos actuales, la tecnología biométrica se plasma en funcionalidades como la citada del reconocimiento de la huella dactilar, del iris o retina, la verificación facial, la palma de la mano o la voz.

Su implantación, más allá de modas, sí empieza a observarse como un elemento de seguridad, algo que ratifica un estudio elaborado por la empresa IBM.

Bajo el título IBM Security: Future of Identity Study, el análisis revela, entre otras cosas, que los usuarios de este tipo de tecnología la valoran por encima de las contraseñas. En concreto, al margen de cuestiones pragmáticas, la consideran más segura que otros sistemas ‘tradicionales’ el 67% de los 4.000 preguntados.

Este porcentaje se eleva aún más en el caso de su uso en temas relacionados con el comercio electrónico o en operaciones con entidades financieras.

Los mayores y sus contraseñas

En el apartado en el que existe una enorme diferencia entre quienes prefieren este tipo de tecnología y aquellos que optan por las clásicas contraseñas es en el de la edad. En este sentido, los mayores de 55 años siguen prefiriendo en su mayoría el uso de las contraseñas, en tanto que los jóvenes de 20 a 36 años se decantan en un 75 por ciento de los casos por este tipo de tecnología de reconocimiento.

Precisamente, en cuanto a los métodos de autentificación, el preferido es la huella dactilar, seguido del escaneo de la retina, el PIN digital y la contraseña, por este orden.

Según el estudio de IBM, la huella dactilar es el método preferido. (Infografía: IBM)

Los avances de esta tecnología todavía no se han explotado en su totalidad. No obstante, sí que las distintas marcas y compañías del sector TIC han mostrado en más de una ocasión su apuesta clara por la biometría aplicada a la tecnología de la información.

Pagar 'por la cara'

Lo de las huellas dactilares en los móviles es ya bastante habitual. A este tipo de aplicaciones se unen otras que van más allá, como la dada a conocer hace solo unas semanas por el gigante asiático del e-commerce Alibaba (Aliexpress en España) en un restaurante, en el que ya se puede abonar a través del reconocimiento facial. Esta técnica, precisamente, es la que está ahora mismo explotando otro monstruo tecnológico como Apple, para ‘vender’ su nuevo iPhone X.

La seguridad se ha convertido en prioridad para los consumidores de gadgets y dispositivos tecnológicos, una circunstancia que ha aumentado con el auge del comercio electrónico. La inteligencia artificial, junto con los sistemas derivados de las matemáticas, permiten seguir avanzando en este sentido. Al fin y al cabo, para saber si alguien está triste o alegre, basta con el escaneo de la cara y descubrirlo.