Las creencias fermentadas por el curso de la humanidad se vienen reiterando a lo largo de los siglos, pero no todas las doctrinas históricas están suficientemente documentadas. Estas adquieren un carácter extraordinario y plácidamente se transforman en fábulas y leyendas con estatus mitológico, donde cualquier caricia a la ficción reduce la exigía línea entre fantasía y realidad. Si esta combinación se propone en el contexto histórico asiático, cuya importancia y riqueza requiere mucho más esfuerzo que las tímidas exploraciones occidentales, el resultado es ‘Ghost of Tsushima’, la producción más ambiciosa de Sucker Punch hasta la fecha.

Miembro relevante de la familia de estudios de PlayStation, este equipo es el responsable de la transformación de la franquicia ‘inFamous’, especialmente reconocida por el desarrollo de su personaje principal. En resumen, la idea es respetar esta base de “viaje transformador” e ir más allá, involucrando al jugador en uno de los conflictos más sangrientos de la historia japonesa: la invasión mongola. Dando forma al samurái Jin Sakai, la progresión del personaje sigue los paradigmas de un mundo abierto con algunos matices que permiten aplicar los condimentos básicos de un juego de rol, acción y aventura, pero de una manera más orgánica. Te invitamos a acompañarnos a recorrer el rico y poblado universo que propone ‘Ghost of Tsushima’.

La amenaza del imperio mongol

El juego se enmarca a finales del siglo XIII, el Imperio mongol se encuentra inmerso en la campaña militar más colosal de la historia, comenzando en Asia Central y extendiéndose desde Europa Central hasta el Mar de Japón. Con la progresión geométrica del imperio, la ocupación también se expandió a Siberia, el subcontinente indio, Indochina y la meseta iraní. La apabullante “versión asiática” del Imperio Romano creció rápidamente gracias a la utilización de tácticas de ataque coordinadas y multidireccionales. Los mongoles destruyeron naciones enteras en su iniciativa de conquista al Este. La ocupación se extendió a varios territorios, y en Japón, las operaciones militares alcanzaron su máxima crudeza en dos ocasiones: 1274 y 1281. ‘Ghost of Tsushima’ se desarrolla durante la primera incursión.

En ese contexto, la isla de Tsushima es el último escollo entre Japón y una horda dirigida por el general Khotun Khan, un enemigo astuto y despiadado que emplea su inteligencia militar para tratar de hacerse con el país. Nuestro protagonista, un samurái llamado Jin Sakai, se cuenta entre los últimos supervivientes de su clan, cuya defensa y legado llevará al héroe a luchar por defender su hogar hasta las últimas consecuencias. De hecho, se verá obligado a dejar de lado las convicciones y códigos de conducta sobre los que se ha formado para emprender el camino del “fantasma”. Precisamente aquí es donde Sucker Punch alcanza nuevos máximos sobre el concepto de transformación del personaje: permitiendo que dos formas de proceder contrapuestas converjan y resulten beneficiosas.

La transformación de Jin implica renunciar a viejos dogmas para convertirse en un nuevo tipo de guerrero, astuto, sigiloso, invisible. El elemento se representa a la perfección en la figura del samurái que ha decidido recorrer el camino inverso para lograr la liberación de su pueblo. Invasión y opresión van de la mano, y Jin necesitará usar medios atípicos, mucho más allá de los que permite el sentido del honor de un samurái, para hacer frente a la amenaza. Aquí es donde se forjará su nueva identidad. Durante la aventura, amigos y aliados serán necesarios para frenar el ímpetu mongol, pero dentro del clan también surgen voces de liderazgo que vigorizan el espíritu de la tradición. Este es el papel de Shimura, el “señor” de Tsushima. Además de samurái, el líder es familiar y figura paterna de Jin. La preocupación de este aumenta cuando el joven abandona sus viejas enseñanzas en virtud del “fantasma”.

Una invasión no se defiende con tan solo un solo hombre

Experimentar el Japón feudal en el epicentro de la invasión mongola viene a rescatar la idea de que el autoritarismo nunca está dispuesto a entablar diálogo, aunque Jin también se las arregla para abordar cuestiones diplomáticas y no estará solo en su viaje. Como guerrero tiende a los códigos de comportamiento del lobo solitario, pero el héroe puede interactuar con los habitantes de la isla para obtener más información sobre los mongoles, descubrir emplazamientos con objetivos secundarios o con el fin de formar una fuerza de resistencia suficiente para hacer frente a los invasores. Cada personaje cuenta con un drama diferente y Jin, como libertador, tiene la potestad de involucrarse en estas historias paralelas que enriquecen la narrativa, expanden la aventura y ofrecen importantes recompensas.

Mientras explora los peligros de la isla de Tsushima, Jin también recogerá gran cantidad de elementos y recursos que permiten afrontar el viaje y sus múltiples peligros con algo de seguridad. El hecho de que el título está ambientado en mundo abierto y presente un personaje en constante transformación aporta dos de los pilares fundamentales para la experiencia: la progresión y evolución del protagonista. Teniendo lo anterior en cuenta, la aventura ofrece libertad a la hora de ayudar o no a otros personajes, de aplicar justicia a los diferentes puestos y patrullas mongolas a base de muerte o dejarlos pasar. Por lo tanto, el curso de los acontecimientos se desliza con un ritmo más orgánico.

Naturalmente, el sistema de progresión suma experiencia con las resoluciones de estas acciones y misiones paralelas, algo que, al mismo tiempo, permite aumentar las características de Jin y el nivel de leyenda del protagonista. Aunque tiene libertad para atender estas misiones secundarias, es importante tener en cuenta los vínculos que se forman entre personajes, además siempre hay recompensas por realizar una buena acción. Y eso no es todo, Jin también puede intercambiar materiales con comerciantes en pueblos y ciudades, mejorar el equipo, recibir regalos en función de la popularidad e incluso sorprenderse con más historias secundarias. De hecho, para recorrer el extenso mapa de Tsushima, se ha habilitado un sistema de viaje rápido, aunque los empeñados en explorar cada rincón podrán cruzar la isla a lomos de un fiel caballo que nos acompaña en todo momento y que siempre está disponible a golpe de aviso. No sufras, al comienzo de la aventura, tendrás la oportunidad de elegir montura.

El camino del bien y el mal no existe

Las misiones secundarias, la exploración, la interacción con el resto de personaje, los sitios de rebosante interés, los que desprenden una belleza añeja y los emplazamientos para descansar, componer, rezar o tocar una melodía, no son elementos propuestos en vano: la recolección de recursos, amuletos e incluso reflexiones envuelve todo en ‘Ghost of Tsushima’ y forma parte de la evolución del personaje. El viento, la flora y fauna también cumplen misiones determinantes. Por ejemplo, la guía de viaje se indica mediante corrientes de viento y seguir a muchos de los animales que hay diseminados por la isla llevará a Jin a lugares secretos donde aumentar la barra de vida, o mejorar algunas de sus características. Pero cuidado, no todos son tan atentos y encontrarse, por ejemplo, con animales salvajes, suele acarrear graves consecuencias si no se permanece en guardia.

No son pocos los juegos que determinan la evolución del personaje principal con un sistema de elecciones. En ocasiones, los lados en conflicto se pueden equilibrar actuando de determinada manera, algo que instiga al jugador a no respetar sus preferencias en virtud de una mayor progresión de su alter ego. En ‘Ghost of Tsushima’, la desarrolladora democratiza y adapta esta característica y el jugador puede interpretarla en términos de samurái o fantasma. Depende de cada cual elegir si el guerrero renuncia a sus dogmas o se mantiene fiel a ellos, pero no acarreará ninguna sanción, al contrario, se permite incentivar las características de la senda elegida.

La Katana de Jin es su fiel compañera desde el principio del viaje, pero en ‘Ghost of Tsushima’ el arsenal es otro de los elementos que crece en comunión con el guerrero. Con esto se permite una sensación más orgánica en lo que se refiere a mostrar los rangos de aprendizaje del personaje, que, en consonancia, a medida que desarrolla cada una de sus facetas, también amplía sus tácticas y habilidades, aunque el camino de Sakai en todo caso está pre establecido. La espada tradicional de su familia actúa como el arma principal del guerrero, pero no es la única opción ofensiva que puede manejar el samurái. A medida que avanza el juego también aumenta la capacidad del protagonista de liberar combos que se representan como danzas refinadas y se culminan con la muerte del adversario entre delicados movimientos ejecutados a la velocidad del rayo. Este tipo de acciones son las responsables de llenar la barra de determinación, una especie de energía que se emplea tanto para restaurar salud como para realizar golpes más potentes.

Un sistema de combate equilibrado

La necesidad de compensar la inferioridad numérica se soluciona con la participación de otros dispositivos listos para el combate, incluso a distancia, puesto que una de las herramientas más resolutivas son el arco y los diferentes tipos de flechas que puede equipar. También se pueden lanzar algunos artefactos contra los mongoles como bombas con diversas funciones, (explosivas, humo, pegajosas) o kunais, cuchillas de hierro con un agujero en la base, extremadamente letal en ataques furtivos a media o corta distancia. Estos aditivos al combate tienen la capacidad de equilibrar, ya que no es necesario aplicar una generosa cantidad de golpes a un enemigo para deshacerse de él. En cambio, la espada de un mongol tampoco requerirá de mucho esfuerzo para matar a Jin.

Una de las principales características de ‘Ghost of Tsushima’, en términos de lucha, es su equilibrado sistema de combate. Dependiendo del tipo de adversario, se recomienda adoptar diferentes posturas, llamadas, que se seleccionarán en la batalla y cuyo número preferimos no revelar. Estas modifican considerablemente el conjunto de movimientos en ataque y permiten una estimulante variación. Si por una parte es interesante estudiar el entorno, los recursos y movimientos del enemigo para ampliar las posibilidades en combate, por otro lado, Sucker Punch ofrece una experiencia accesible a todos los perfiles, ya que la idea es entregar un rango de dificultad que se perciba accesible. Con el objetivo de ofrecer un desafío destinado a los diferentes perfiles de jugador, el título incluye tres niveles de dificultad: fácil, normal y difícil. La intención es que el viaje sea exigente dentro de lo que cada jugador espera.

En la vertiente difícil, por ejemplo, el nivel de exigencia no se conforma con aumentar el límite de daño que recibe o produce el enemigo. La solución es más radical: los mongoles son mucho más agresivos, ganan en rapidez y elevan considerablemente su potencia. Ahora se debe ser más astuto en la lucha y predecir con eficacia cada envite. La obra, en este caso, se centra en explotar la habilidad del jugador, enfrentándolo a enemigos mucho más agresivos y amenazadores.

Una isla repleta de secretos por descubrir

En contraste con la brutalidad de los mongoles y las heridas producidas por una invasión, la isla de Tsushima es un mundo abierto repleto de belleza y encanto natural, fauna y flora que enriquece los paisajes y permite respirar las tradiciones asiáticas. Uno de los propósitos del mundo abierto de ‘Ghost of Tsushima’, como un entorno inmersivo, es permitir que el jugador se sorprenda por las diferentes condiciones ambientales, gracias a un sistema de clima y ciclo de día noche dinámico. En líneas generales, la parcela gráfica del exclusivo para PS4 alcanza un nivel impresionante, no tanto en su técnica como en su parcela artística, pero en todo caso es capaz de suceder imágenes de un encanto arrebatador.

Otro aspecto que no podemos dejar de comentar dentro del apartado gráfico es el “filtro Kurosawa”, una divertida característica que aplica a la pantalla una técnica que transforma la imagen al estilo en blanco y negro de las películas firmadas por el director japones, pero rápidamente la herramienta se muestra inútil, ya que no se puede jugar con el activado, máximo cuando algunos golpes de los enemigos se indican con destellos de colores.

La parcela sonora de ‘Ghost of Tsushima’ respeta el estándar de calidad que se espera de un juego con este nivel de producción. La banda sonora es inmersiva y aunque podría ser un poco más variada, destaca en los temas reservados para los duelos, que realmente ocupan bastante espacio de tiempo, aportando la dosis correcta de tensión dentro del viejo estilo de una película de samuráis, pero con un toque más moderno. El diseño de sonido también cumple con las expectativas y reproduce con fidelidad efectos que revelan encuentros de espadas o cuerpos mutilándose, mientras que cada matiz ambiental del entorno contribuye, no solo a la inmersión, sino que también se integra en la mecánica del juego. La parte que afecta al doblaje en castellano también se destaca por un gran trabajo, algo que eleva particularmente la experiencia general de juego.

Conclusiones

‘Ghost of Tsushima’ nos permite acompañar a Jin Sakai en el viaje hacia la liberación de su pueblo en uno de los momentos más oscuros del Japón feudal. Un juego de mundo abierto repleto de acción y sigilo a parte iguales, de hecho, la combinación de ambas, a fin de cuentas, es la fórmula más resolutiva. Pero olvídate de un título con vocación artística que sigue la vida y milagros de un samurái en modo simulación, no, la producción de Sucker Punch es un extenso, completo y competente exponente de género al que no falta detalle.

El formato es divertido, apasionante por momentos y por supuesto con unos niveles de calidad que muy pocas producciones se pueden permitir, un interesante argumento, muchas historias secundarias que descubrir y un sistema de combate accesible. Estos son solo algunos de los rasgos que hacen de la producción un éxito asegurado y una experiencia recomendable para cualquier tipo de jugador, sin que esto necesariamente le reste ningún encanto. Además, Sucker Punch logra definirse una marcada identidad dentro de un género muy explotado, pero que en las manos adecuadas es capaz de asentarse perfectamente sobre el conflicto asiático.

 

(By El Sotano Perdido)