Jeeno Thitikul se ha consagrado nuevamente como la mejor jugadora del planeta después de dominar el CME Group Tour Championship. En la cita final del circuito LPGA, firmó una ronda espectacular de 68 golpes (-26), sin apenas errores, lo que le permitió distanciarse de sus rivales y llevarse el triunfo con autoridad. Su solidez y determinación en una competición tan exigente reflejan que no solo compite para ganar, sino para marcar una era.

Gracias a este triunfo, Thitikul se embolsó un cheque récord de 4 millones de dólares, la bolsa más alta de la temporada en el golf femenino. Esta victoria no solo reconoce su brillante semana, sino también su consistencia durante todo el año. Con su desempeño, ha dejado claro que es la gran referencia del golf mundial.

Un torneo impecable

La tailandesa protagonizó un torneo casi perfecto. Registró solo dos calles falladas y dejó tres greenes sin alcanzar en regulación, lo que demuestra su alto nivel técnico y su concentración. A lo largo de la semana firmó cinco birdies, un solo bogey y nunca bajó los brazos. Esa madurez le ha permitido repetir el título del año pasado y consolidarse más aún como número uno.

Su superioridad no es circunstancial. Este año ha logrado varias actuaciones destacadas, incluyendo una victoria en el Mizuho Americas Open, donde también demostró temple y capacidad de dominación. Sumando esos éxitos, ha liderado con claridad la Race to CME Globe, una carrera que premia la regularidad y el talento a lo largo de la temporada.

Talento, juventud y ambición

Jeeno Thitikul, también conocida como Atthaya Thitikul, es una golfista tailandesa joven y extremadamente talentosa. A sus 22 años, ha demostrado no solo que pertenece a la élite del golf femenino, sino que puede dictar sus propias reglas. No es la primera vez que encabeza el Rolex Women’s World Golf Ranking. Ya lo había logrado en 2022 y ha recuperado el trono con una mezcla de talento natural y crecimiento constante. Empezó a jugar al golf cuando tenía solo seis años, después de que su padre le diera a elegir entre este deporte y el tenis. Atthaya se decidió por el golf tras ver vídeos de ambos deportes en YouTube, convencida de que el tenis implicaba demasiado correr. Sus padres, a pesar de no estar ligados al golf, apoyaron su pasión: su padre la llevó en coche hasta Bangkok para que entrenara con un maestro, un trayecto que hizo con regularidad.

Su entrada al golf no fue casualidad, sino una forma de fortalecer su salud. De niña, sufría resfriados constantes y un médico recomendó que hiciera ejercicio al aire libre. Desde pequeña mostró una clara motivación: con apenas 10 años ya afirmaba que quería dedicarse profesionalmente, y veía en el golf una vía para ayudar a su familia. 

Su estilo sobre los greens combina agresividad con inteligencia. No teme ir al ataque, pero su juego está muy medido. En el Tour Championship arriesgó, pero jugó con cabeza. Esa capacidad para combinar audacia con control es la que le permite sacar ventaja cuando la presión se hace más intensa. Además, su consistencia es extraordinaria, registrando muchas rondas en negativa y cuelga muchas “top 10” a lo largo de la temporada.

Ya ha ganado múltiples torneos del LPGA Tour, entre ellos el Mizuho Americas Open (2025) con una vuelta final muy sólida. Ha reclamado el número 1 mundial de nuevo, desplazando a jugadoras muy destacadas como Nelly Korda. En el CME Group Tour Championship, no solo se llevó el triunfo, sino que además firmó una de las tarjetas más bajas del torneo, dejando claro que cuando quiere, no solo compite, arrasa.

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