Lamine Yamal acudió el pasado lunes a la gala del Balón de Oro acompañado de gran parte de su familia, que vio en primera fila como el jugador del FC Barcelona recogía su segundo Trofeo Kopa de forma consecutiva, y quedaba a las puertas de la cima en la clasificación del galardón principal. El joven de 18 años pisó la alfombra roja que precedía a la entrada al Théâtre du Châtelet de París cogido de la mano de su abuela, Fátima, quien ha sido uno de sus pilares a lo largo de su vida.

Yamal fue uno de los protagonistas de la noche, ya como estrella consagrada del Barça y de la selección española. Se convirtió en el primer jugador en levantar el Premio Kopa, que nombra al mejor jugador menor de 21 años, por segundo año consecutivo. Sin embargo, el premio gordo, el Balón de Oro, fue a parar a las manos de Ousmane Dembélé, quien firmó un gran año con el PSG. En una publicación en redes sociales, el atacante felicitó al francés por el trofeo y dejó entrever que seguirá compitiendo por él: “El plan de Dios es perfecto, hay que escalar para llegar a la cima. Feliz por el trofeo Kopa y felicitar a Dembélé por el premio y la gran temporada”.

Ahora, Lamine continúa recuperándose de la dolencia que arrastra desde el último parón de selecciones y que le ha mantenido alejado de los terrenos de juego tres encuentros. Todo apunta a que no estará en el duelo ante el Real Oviedo en el duelo de este jueves y que el partido ante la Real Sociedad marcará su regreso, justo antes de medirse al PSG en Champions. La presente campaña apunta a un nuevo subidón del 10 del Barça, que crece a pasos agigantados y cuyo techo aún se desconoce.

Su abuela Fátima, un pilar fundamental

La presencia de Lamine Yamal en las quinielas para ganar unos cuantos futuros Balones de Oro no se entendería sin la figura de Fátima, su abuela. Durante la gala del premio, el extremo se deshizo en gestos de cariño hacia ella en un día muy especial para él. De 74 años, fue su abuela quien se embarcó en solitario hace más de 30 décadas en un viaje a España para buscar una nueva vida para ella y sus hijos.

En una charla con José Ramón de la Morena, el propio Yamal habló acerca de sus orígenes: “Mi padre llegó con tres años y mi madre también. Mi padre vino con su hermana… La primera en llegar fue mi abuela por parte de mi padre, que llegó sola en autobús desde Marruecos, paró en Algeciras, paró en Granada y consiguió llegar a Mataró. Fue la primera en llegar de nuestra familia. Empezó a trabajar, trabajaba de mañana, tarde y noche para que mi padre pudiera venir, porque él se quedó en Marruecos con su hermana”.

El joven de 18 años añadió que “cuando hizo un poco de dinero le pagó a una señora para que trajera a mi padre, se juntaron en Mataró y ahí mi padre empezó a crecer. Y mi madre vino con mi abuelo desde Guinea y llegaron a Barcelona. De ahí mis padres se conocieron en Barcelona”. Una conexión de la que terminó naciendo una de las mayores esperanzas del deporte español.

Lamine explicó durante la entrevista que, durante su infancia, se crio en un entorno humilde: “Empezamos a vivir como en una residencia con demás padres jóvenes y yo me crie ahí, que era como un comedor y nos daban comida a todos. Todo bien. Y luego siempre hemos vivido en lo típico que un amigo tiene una casa y te deja una habitación”. Tras el divorcio de sus padres, el padre del futbolista se fue a vivir con su abuela y él se quedó con su madre hasta que, años más tarde, el jugador del Barça marchó hacia La Masía como muchos otros canteranos del cuadro culé.

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