Desde la salida de Luka Dončić, los Dallas Mavericks parecen vivir una especie de pesadilla. La marcha del esloveno fue un terremoto para la franquicia, y los efectos no han tardado en manifestarse: gestión caótica, decisiones controvertidas y una estructura que da señales de estar totalmente desalineada. Este momento se podría resumir en una frase: los Mavs post-Dončić son, verdaderamente, un drama absoluto.

Uno de los episodios más destacados ha sido el despido de Nico Harrison, el gerente general responsable del traspaso de Dončić a los Lakers. Su operación incluyó jugadores como Anthony Davis y una ronda de draft, pero los aficionados lo han acusado de subestimar el valor del joven líder que dejó Dallas. Tras una reacción constante de los fans (incluso con cánticos de “Fire Nico”), la directiva ha decidido tomar cartas en el asunto para intentar frenar el desplome institucional. 

A nivel deportivo, la franquicia también está pagando el precio. Kyrie Irving, que podía haber sido un punto de estabilización tras la salida de Dončić, sufrió una grave lesión: rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda. Esa baja ha sido un golpe demoledor para un equipo que ya estaba tocado por las dudas y la inestabilidad. Por su parte, Anthony Davis, la otra pieza clave llegada como parte del intercambio, ha lidiado con problemas físicos, lo que ha limitado su aporte y ha abonado la idea de que la operación no ha rendido como se esperaba.

La versión de Dončić

Desde Los Ángeles, Dončić ha hablado con prudencia. Cuando se le preguntó por el despido de Harrison, respondió con elegancia: “Estoy concentrado en mi presente con los Lakers, intentando seguir adelante”. No obstante, también ha dejado claro que Dallas siempre tendrá un lugar en su corazón: “Pensé que mi carrera estaría aquí para siempre”, ha dicho en varias ocasiones.

No todo el drama se limita al presente: las fricciones entre Dončić y los Mavericks no surgieron de la nada. Desde hace tiempo había quejas en Dallas por la gestión de su estado físico. Según ha señalado parte de la prensa, el esloveno decidió en 2023 contar con un equipo de confianza para su preparación, algo que no cayó bien en la directiva texana. 

Voces históricas se levantan

Figuras históricas de los Mavericks también han alzado la voz. Dirk Nowitzki, leyenda de la franquicia, ha defendido que es momento de pasar página, pero al mismo tiempo ha expresado su disgusto por cómo se ha gestionado todo.  Su mensaje es claro: no se puede olvidar lo que Dončić representó para Dallas, pero tampoco seguir cometiendo los mismos errores.

El futuro de los Mavs se vislumbra lleno de interrogantes. Con Harrison fuera, la gerencia intenta recomponerse, pero las lesiones, la mala planificación y el daño reputacional no se borran de la noche a la mañana. Si quieren recuperar la confianza de los aficionados, tendrán que construir algo más que un equipo competitivo: deberán reconstruir una visión creíble y demostrar que aprendieron de este traumático capítulo.

Mientras tanto, Dončić continúa brillando en Los Lakers, y desde allí observa el dolor de una ciudad que, hasta hace poco, era su hogar y su proyecto.

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