Carlos Alcaraz ha puesto punto y final a una temporada 2025 impresionante, en la que ha consolidado su posición como número uno del mundo en el ranking ATP y ha levantado títulos importantes. Tras un año cargado de esfuerzo y competición, el tenista murciano ha decidido tomarse unas vacaciones en Miami para recargar energías antes de encarar la temporada 2026. 

Durante su estancia ha podido relajarse en la playa, practicar golf, pescar, y disfrutar de días de ocio al sol junto a sus amigos y su hermano Álvaro. Las imágenes que ha compartido en redes sociales muestran un Alcaraz más tranquilo, relajado y sonriente, disfrutando de actividades que le ayudan a desconectar del estrés habitual de la élite deportiva.

Alcaraz sorprende con su afición a los videojuegos

Además de las actividades al aire libre, Carlos Alcaraz ha sorprendido a sus seguidores al revelar una faceta poco conocida: su gusto por los videojuegos. En una de las imágenes publicadas en Instagram, se le ha visto jugando a Teamfight Tactics (TFT), un juego multijugador de estrategia desarrollado por Riot Games inspirado en el universo de League of Legends

TFT es un título en el que los jugadores eligen y posicionan campeones en un tablero para generar sinergias y competir con otros hasta ser el último en pie. Alcaraz ha compartido escenas de sus partidas, lo que ha causado entusiasmo entre la comunidad gamer española y mundial, incluyendo comentarios de jugadores profesionales que han reaccionado a sus publicaciones.

Su interés por los videojuegos combina perfectamente con su estilo competitivo: incluso fuera de las pistas de tenis, el murciano ha demostrado que le atrae la estrategia, la gestión y la toma de decisiones, aspectos que también son esenciales en su deporte profesional.

Equilibrio entre ocio y rendimiento

Lejos de ser una distracción sin sentido, estas actividades de ocio se han integrado como parte del proceso de recuperación física y mental de Alcaraz. Según él mismo ha señalado en otras ocasiones, desconectar con su familia y amigos, y dedicar tiempo a hobbies distintos al tenis, le proporciona una inyección de energía psicológica que luego se traduce en mejor rendimiento en la pista. 

Este enfoque equilibrado (combinando descanso, actividades físicas y estrategias mentales como los juegos de tablero digital o el ajedrez, que también ha practicado en vacaciones) evidencia la madurez de un deportista que sabe gestionar la exigencia competitiva sin perder su lado humano y cercano.

Ahora recuperado y con una mentalidad fresca tras unas vacaciones bien aprovechadas, Carlos Alcaraz ya ha empezado a perfilar sus objetivos para 2026, entre los que destacan grandes citas como el Open de Australia y otros torneos del Grand Slam, donde buscará seguir construyendo su legado. Su combinación de disciplina, competitividad y pasión tanto dentro como fuera de la pista promete mantenerle en lo más alto del tenis mundial.

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