El Tribunal Supremo se prepara para retomar la macrodemanda sobre las cláusulas suelo. Así lo hace después de que la Justicia europea diese un varapalo a la banca y dictaminase que la acción colectiva es una herramienta de reclamación válida. Como consecuencia del fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), la Sala de lo Civil ha emplazado a las partes del proceso para informar sobre cómo se debe interpretar la sentencia europea. Es decir, a los bancos, la fiscalía y los particulares que hicieron la demanda colectiva junto con la asociación de consumidores Adicae.
El Supremo, quien había paralizado la resolución de los recursos que los bancos afectados por la macrodemanda habían interpuesto en la Audiencia de Madrid, estaba a la espera de conocer la sentencia del TJUE. Ahora, este Tribunal ha retomado el tema y ha "dado audiencia" a las distintas partes para que hagan las alegaciones oportunas en un plazo de 10 días hábiles. Es decir, hasta septiembre, ya que agosto es inhábil para los tribunales. Asimismo, ha exigido a los bancos afectados que indiquen si quieren continuar con los recursos interpuestos y con qué términos.
El pasado 4 de julio, la justicia europea emitió una sentencia que aclaraba las dudas elevadas por el Supremo. Estas versaban sobre si es posible hacer el control de transparencia de las cláusulas suelo denunciadas de forma colectiva. Sobre todo, dada la dificultad que hay para comprobar si eran abusivas las estipulaciones que tienen los contratos de las hipotecas, como consecuencia de que la macrodemanda había afectado a diversos acuerdos, de forma que se trata de "grupos muy heterogéneos". Sin embargo, el Tribunal de Luxemburgo considera que es posible hacer la revisión, ya que hay que observar "el conjunto de las prácticas contractuales y precontractuales estándar" llevadas a cabo con el consumidor. Esto implica descifrar si hay algún "grado de similitud" en todos y cada uno de los acuerdos.
La macrodemanda fue una acción colectiva iniciada en el año 2010, que entonces englobaba a 20.000 personas, contra unas 101 entidades bancarias contra las condiciones impuestas en los contratos de hipotecas. En concreto, contra aquellas cláusulas que impedían que el coste de una hipoteca de tipo variable se abaratase, incluso los tipos de interés o los índices de referencia bajasen mucho, como sí llegó a suceder. Por ello, en el año 2013 el Alto Tribunal las consideró potencialmente abusivas.
La banca continuará con los recursos
Tal y como han indicado fuentes jurídicas al diario El País, el fallo era "el esperado", ya que el TJUE ha seguido el criterio marcado con anterioridad por el abogado general de la Unión Europea. Asimismo, consideran que el proceso debe continuar y que la decisión del Supremo marcará una diferencia. No solo en el caso concreto de las acciones colectivas, sino en las distintas acciones individuales que ya están en trámite en los distintos juzgados de España.
Además, han indicado que el proceso de transparencia "no va a ser fácil", debido a que en el proceso no hay pruebas sobre cuales fueron las prácticas llevadas acabo por los trabajadores de los bancos en la negociación de las hipotecas. Esto se debe a que tanto el juzgado de lo mercantil como la Audiencia de Madrid consideraron que el examen de abusividad se tenía que realizar "en abstracto".
No solo eso, sino que también esgrimieron que la percepción de los consumidores sobre las cláusulas suelo puede haber variado a lo largo del tiempo, tal y como señaló el TJUE en su fallo. Este probablemente sea el argumento que emplee la banca para que la sentencia de la Sala de lo Civil del Supremo establezca márgenes temporales en los que se indique cuándo los consumidores tuvieron conocimiento de que estas cláusulas eran ilegales. Así, la idea es que la demanda sea reconocida solo en parte, de forma que el desembolso que deberían realizar las entidades bancarias sea menor.
Pero lo más preocupante para la banca no es la sanción, sino los efectos a futuro de la resolución del Supremo. La cifra de consumidores que participaban en la macrodemanda se ha ido reduciendo paulatinamente, en tanto muchos demandantes llegaron a acuerdos con sus bancos o decidieron acudir a la justicia de forma individual. De hecho, el propio Supremo ha pedido a Adicae una "relación actualizada" de quienes siguen interesados en el proceso . Por eso los bancos centran su atención en el pronunciamiento, ya que el que haya lapsos temporales puede determinar el éxito o no de muchos litigios individuales aún en curso.