Suena Jorge Drexler: “El mundo está como está
por causa de las certezas … Yo no sé de dónde soy,
mi casa está en la frontera….. Y las fronteras se mueven,
como las banderas…Soy hijo de un forastero
y de una estrella del alba,y si hay amor, me dijeron,
y si hay amor, me dijeron, toda distancia se salva”
“Voy a resolver problemas, voy a resolver problemas, voy a resolver problemas…”. Ese debería ser el mantra que repitieran una y otra vez nuestros políticos gobernantes en unos momentos donde las desigualdades y las dificultades de tantos años de crisis siguen azotando a tantas personas y empresas.
Todos estamos necesitados de soluciones para tantos problemas, unos como secuelas de esta crisis económica y social, otros maximizados por ella. Cada día se asemejan más y están multiplicando exponencialmente los desajustes socioeconómicos que padecen muchos colectivos de personas, a un lado u otro de las diferentes fronteras geográficas, esas fronteras que determinados poderes e intereses económicos trazaron un día sobre un mapa. Por contra nos encontramos cada día con nuevos problemas provocados o inventados por los diferentes gobernantes, enmarcados en conflictos territoriales y nacionales.
Si fuese bien pensado, podría entenderlo como que estas decisiones son cortinas de humo frente a su incapacidad de gestión que les ha llevado a rozar el ridículo. Pero siendo mal pensado me quedaré con que realmente sus políticas responden a un plan bien trazado para fijar nuestra atención en determinados aspectos mientras dejan que crezca la discordia que favorece a unos pocos frente a los intereses de muchos y mientras acallan a la opinión pública sobre los escándalos de corrupción al más alto nivel de un lado y del otro de sus fronteras.
Ciertamente la fórmula del “bien pensante” o el “mal pensante” me ha llevado al mismo lugar. Les sale más rentable crear problemas que resolverlos. Les interesa más radicalizar la convivencia que mejorarla .
Entiendo que es difícil tanto a la oposición como a los distintos colectivos no entrar al capote de las provocaciones que generan estas políticas. Pero también creo que deberíamos pedirles a todos los responsables políticos que se centren en lo que importa y que por favor no creen más problemas.
Soluciones sí, conflictos no.