La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha publicado este martes su perspectivas económicas (Economic Outlook) para los próximos dos años, actualizando los valores de Producto Interior Bruto (PIB) que se esperen que alcancen los diferentes Estados este 2025 y en 2026. Una vez, España destaca por encima del resto de países y con una mejora de dos décimas, en comparación con las estimaciones de junio, certifica su papel como líder del grupo de las economías avanzadas, título que ostenta desde el pasado año, cuando fue la única en superar el 3%.
El think tank de las economías avanzadas espera que, de cara a este curso, España mantenga su pujanza y crezca a un 2,6%, valor alineado con la revisión presentada por el Gobierno recientemente y que se aleja del 2,4% pronosticado a hace algo más de tres meses. A dos años vista, en 2026, el organismo también ha mejorado en una décima el PIB esperado, pasando del 1,9% al 2%. El contexto de incertidumbre internacional parece golpear al país mucho menos que a vecinos como Alemania, Francia o gigantes como Estados Unidos, a quienes aventaja un año más.
Lejos se queda la Unión Europea (UE), a cuyo crecimiento del pasado año España aportó un 40% y que tiene una previsión doss veces inferior a la economía ibérica, que triplica a su vez a la zona euro. La buena noticia económica llega sin que a la OCDE le haya dado tiempo a recoger la revisión de la Contabilidad Nacional que publicaba el Instituto Nacional de Estadística (INE) el pasado viernes, en la que se contemplaba, entre otros ajustes, una mejorar del crecimiento de 2024 de tres décimas, hasta el 3,5%, por un mayor avance de la inversión de lo calculado inicialmente.
“El crecimiento del PIB seguirá impulsado por un notable dinamismo del consumo y la inversión. A su vez, la previsión es que el crecimiento del empleo siga siendo compatible con incrementos de la productividad", explica el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo. En la misma línea, el responsable de la cartera económica ha defendido que "tiene que ir bien la economía española para que podamos ser capaces de reforzar el estado del bienestar y que el crecimiento llegue al día a día de los ciudadanos".
En términos inflacionarios, la OCDE espera que la senda de precios española cierre este 2025 en el mismo valor que el PIB, en el 2,6%, para situarse el que viene en una media del 2%, también misma cifra que el crecimiento. Ambas tasas se incrementan, replicando nuevamente la estela, dos y una décima, respectivamente, con respecto a la estimación de junio. España se ubica en tema de inflación peor que la media de los veinte países que comparten el euro, concretamente medio punto por encima este curso y una décima el siguiente.
Escenario mundial complejo: EEUU se ralentiza
El PIB mundial se desacelerará gradualmente del 3,2% de 2025 al 2,9% en 2026 a medida que la producción industrial anticipada cese y los aranceles, con su consiguiente incertidumbre, acaben reduciendo el comercio y los flujos inversores. Poniendo el foco en la principal potencia, el crecimiento anual del PIB estadounidense se ralentizará del 1,8% en 2025 al 1,5% en 2026, ya que el fuerte crecimiento de la inversión en los sectores de alta tecnología se verá más que compensado por los aranceles y la caída de la inmigración neta.
Pese a la reducción de algunas variables, la OCDE apunta que el crecimiento económico a nivel mundial se ha revelado "más resiliente de lo anticipado" durante la primera mitad de 2025, en mayor medida en las economías emergentes. "La producción industrial y el comercio se vieron respaldados por la anticipación de los aumentos arancelarios. Las fuertes inversiones relacionadas con la inteligencia artificial impulsaron los resultados en Estados Unidos y el apoyo fiscal en China compensó el lastre de los obstáculos comerciales y la debilidad del mercado inmobiliario", recoge el informe.
De cara a futuro, el think tank destaca también una serie de “importantes riesgos” a tener en cuenta. Los aranceles bilaterales, tras la crisis dinamitada por Donald Trump; los repuntes de la inflación, al albur de una situación comercial internacional compleja; y los posibles problemas de deuda, a más del riesgo bursátil y de criptoactivos, son las principales preocupaciones. Por todo ello, la OCDE llama a los bancos centrales a permanecer “vigilantes”.