A pocos días de que tenga lugar la convocatoria de protestas de los pensionistas, que reclaman una subida de sus pensiones que no socave su poder adquisitivo, el dato del índice de precios de consumo (IPC) ha vuelto a darles la razón.  En febrero, los precios se colocaron en el 1,1 % interanual, cinco décimas por encima de la subida de precios de enero, que fue del 0,6 %, debido al encarecimiento de la electricidad.

Según los datos que publica hoy el Instituto Nacional de Estadística (INE), el IPC acumula diecisiete meses consecutivos en positivo.

En concreto, los precios de la vivienda registraron en febrero un incremento interanual del 1,4 % (frente al descenso del 2 % mes pasado), debido al encarecimiento de la electricidad, que el año pasado se abarató, y pese al descenso de precios del gasóleo para calefacción.

El ocio y la cultura aumentaron sus precios el 0,6 %, debido a un mayor encarecimiento de los paquetes turísticos.

Los mismo ocurrió con los precios de las comunicaciones, que aumentaron el 2,3 % (casi un punto y medio más), por un mayor encarecimiento de los servicios empaquetados de telefonía; y los de otros bienes y servicios (el 0,8 % con cuatro décimas más), por el alza de los artículos y productos para el cuidado personal.

Entre los grupos que ejercieron una influencia a la baja de los precios destaca el transporte, que moderó siete décimas el crecimiento hasta el 1,1 % por el abaratamiento de los carburantes.

También afectaron los alimentos y bebidas no alcohólicas, cuyos precios crecieron el 0,9 % (cuatro décimas menos), debido a que las legumbres y hortalizas se abarataron este año, mientras que el año pasado se encarecieron.

Una vez eliminados los elementos más volátiles de la cesta de la compra (energía y alimentos frescos), la inflación subyacente se aumentó tres décimas y se alineó con el índice general en el 1,1 %, algo que no ocurría desde octubre de 2014.

En tasa mensual, el IPC registró en febrero un ascenso del 0,1 %, frente al descenso del 1,1 % que marcó en enero y del 0,4 % que contabilizó en el mismo mes del año pasado.

Esta mejora estuvo motivada por el aumento de precios del ocio y la cultura, por el encarecimiento de los paquetes turísticos, y por las comunicaciones, por la mejora de los servicios empaquetados de telefonía.

Asimismo influyeron al alza los hoteles, cafés y restaurantes, por el encarecimiento de los servicios de alojamiento y restauración; y la vivienda, por la subida de la electricidad y pese al descenso del gasóleo para calefacción.

Por otro lado, trataron de contener los precios el vestido y el calzado, por el final de las rebajas; el transporte, por la bajada de carburantes y lubricantes; y los alimentos y bebidas no alcohólicas, por el descenso del pescado fresco, de la carne y las legumbres y hortalizas frescas, y pese al alza de la fruta.

El incremento de los precios aceleró en febrero en todas las comunidades autónomas respecto a enero, marcando las mayores mejoras en la Comunidad Valencia (1,1 %) y La Rioja (0,9 %), donde las tasas crecieron 7 décimas en ambas.

Por su parte, Castilla y León (0,8 %), Castilla-La Mancha (0,9 %) y Galicia (0,9 %) experimentaron la mejora más moderada de la inflación, con solo tres décimas de diferencia respecto al alza interanual de enero.

El índice de precios de consumo armonizado -que mide la evolución de los precios con el mismo método en todos los países de la zona del euro- se situó en febrero en el 1,2 %, cinco décimas por encima del registrado el mes anterior.

El IPC a impuestos constantes (IPC-IC) se situó en el 1,1 %, la misma que el índice general.