Jordi Sevilla, economista y senior advisor de Llorente y Cuenca analiza la situación económica actual poniendo el foco en el 11% del déficit público y la deuda pública, equivalente al 120% del PIB. "¿Cómo hemos llegado a estas cifras? ¿A qué se debe el déficit del conjunto de Administraciones? ¿Seremos capaces de volver a una senda de estabilidad presupuestaria?", se pregunta Sevilla. 

El economista y ex ministro asegura que las cifras del déficit y deuda pública son preocupantes pero que, puestas en el contexto de la pandemia, se entiende mejor. "El Estado ha hecho de colchón amortiguador, de red de seguridad de familias y empresas frente a la crisis derivada de las medidas de lucha contra la Covid", explica Sevilla. 

El experto reconoce que el incremento del déficit del conjunto de administraciones se ha debido a una caída moderada de los ingresos, pero sobre todo a un aumento del gasto, "atribuible en gran parte a las medidas puestas en marcha para compensar las pérdidas de renta provocadas por la crisis y de manera destacada los ERTE y las ayudas por cese de actividad".

Además, asegura que el crecimiento del endeudamiento se ha visto compensado por la favorable situación de los mercados monetarios, que ha permitido en este primer trimestre del año que el Tesoro cubra sus emisiones con tipos de interés negativos.

"Casi la mitad del déficit es estructural" 

Según Sevilla, esto ha provocado que la partida presupuestaria por pago de intereses cayera un 11% a lo largo de 2020 en una tendencia estable, lo que resta gravedad al aumento del volumen de la deuda.

"El problema es que también hay una parte importante de los gastos que son permanentes, como la revalorización de las pensiones o el Ingreso Mínimo Vital. Ello hace que casi la mitad del déficit sea estructural, es decir, que no desaparecerá solo con la recuperación económica", recalca el experto. 

Ante esto, el economista de LLYC plantea la necesidad de anticipar los planes de ajuste que la disciplina comunitaria exigirá y que solo pueden incluir una reforma fiscal que incremente los ingresos y algunos recortes en los gastos, para conseguir esos superávits primarios que reduzcan la deuda.

"Eso es lo que hace surgir hoy la preocupación por los datos de déficit y deuda. La duda sobre si seremos capaces en este clima político tan confrontado de regresar cuando pase la pandemia a una senda de estabilidad presupuestaria acorde con los ritmos europeos. Sobre todo si, como parece, nuestra recuperación se retrasa respecto a otros países de la eurozona", alerta Sevilla.