Durante la pandemia del Covid-19 los españoles han conseguido aumentar su riqueza financiera que ya ronda los 1,63 billones de euros, lo que supone un crecimiento del 8,6% en relación al año anterior. El confinamiento ha tenido mucho que ver en un menor gasto de las familias pese a que también se incrementase sobremanera el número de desempleados. El grueso de este ahorro –casi un billón de euros- se encuentra en cuentas corrientes sin recibir ninguna remuneración. Una circunstancia que no era preocupante cuando los precios no subían pero que ahora se vuelve más sangrante con el alza de los precios, sobre todo energéticos (combustibles y electricidad, principalmente). El dinero depositado en el banco pierde en este 2021 poder adquisitivo, se deprecia.

Pese a las numerosas opciones de inversión sobre todo a través de fondos, el grueso de los españoles prefiere tener su dinero dormitando en las sucursales bancarias sin obtener ningún rendimiento. Incluso las buenas rentabilidades medias de los fondos de inversión con la subida de la Bolsa siguen sin animar a dar ese paso para sacar alguna ganancia al ahorro y que no se devalúe con el tiempo.

Una de las iniciativas más populares en otras economías es el uso de roboadvisors mediante los cuales, y de acuerdo con el perfil de riesgo de cada inversor, se logra invertir en un espectro de fondos elegidos cuyas posiciones se van cambiando de acuerdo a la evolución de los mercados financieros. Fórmulas que están teniendo cierto éxito también en España, aunque de momento solo sean utilizadas por un grupo minoritario. Concretamente, la firma de inversión pasiva Finizens ha logrado con este sistema rentabilidades del 6% en todas sus carteras de fondos de acuerdo con el riesgo que quieren asumir los ahorradores (poco, medio o mucho).

Pero el desarrollo de la llamada Inteligencia Artificial (IA) también ha llegad con fuerza al mundo del dinero. Recientemente, la firma Zonavalue exponía las inversiones que, de acuerdo con la IA tendrán el mejor comportamiento en los próximos doce meses. Un punto de partida que puede servir para dar el paso hacia los mercados.

La Inteligencia Artificial (IA) aplicada al mundo de las finanzas detecta oportunidades de inversión en Wall Street, en ETFs (fondos cotizados) vinculados a los sectores de las energías renovables, el sector financiero y empresas que realizan altos pagos de dividendos y recompra de acciones. Estas son las opciones con más potencial para invertir. En el lado opuesto, esta tecnología también vaticina caídas en otros sectores que han subido mucho durante los últimos meses como son la genómica (campo de la biología molecular que estudia el genoma) con el Franklin Genomic Advancements, que se ha disparado cerca de un 50% a un año; o el ARK Fintech Innovation, que aglutina compañías dedicadas a la innovación en tecnología financiera y que han multiplicado por más de dos veces (150%) su precio a 12 meses.

La IA, pese a que se encuentra aún en fase embrionaria, ha vivido un crecimiento exponencial y goza de un gran potencial en áreas como el mundo de la inversión o la formación, según explican desde Zonavalue. De hecho, seis de cada diez órdenes en el mercado bursátil de Wall Street se ejecutan a través de esta tecnología y alrededor del 98% de los datos disponibles actualmente se han generado en los últimos dos años.

Nuevas opciones y oportunidades de inversión que escapan al modelo clásico de grandes gurús que deciden qué valores comprar y cuáles vender. Por cierto, en este año, muchos de los gestores más famosos del mercado español como los de las gestoras Cobas, AZ Valor, Magallanes o Horus Capital han logrado también fuertes rentabilidades en sus fondos después de vivir un 2020 muy malo. Son dos formas diferentes de entender la inversión: dar protagonismo a los algoritmos u optar por el estudio sesudo de valores de la mano de un gestor experto. El que no invierte es porque no quiere.