El Consejo de Ministros ha dado luz verde este martes a la última propuesta impulsada por el Ministerio de Trabajo: la regulación de los contratos laborales formativos, previstos en el artículo 11 del Estatuto de Trabajadores.
De esta manera, la cartera ministerial dirigida por Yolanda Díaz ha visto impulsada su última medida, por la cual se regularán las actividades formativas en consonancia con la actividad laboral conforme a la última reforma legislativa, de los cambios en la Formación Profesional (FP) y ámbito universitario. Los contratos formativos, por ende, desarrollan garantías laborales como las cotizaciones al desempleo y al Fondo de Garantía Salarial (FOGASA).
Cabe recordar que caben dos modalidades de contratación: En la primera, la alternancia, la cual busca compatibilizar la actividad laboral retribuida con los correspondientes procesos formativos en el ámbito de FP, Universidades o del Catálogo de especialidades formativas del Sistema Nacional de Empleo. En segundo lugar, la obtención de la práctica profesional adecuada al nivel de estudios correspondientes, sobre la cual se adquiere experiencia en el ámbito especializado tras haber obtenido el trabajador un título universitario o certificado de grado.
De esta manera, el texto aprobado este martes por el Gobierno de Pedro Sánchez, según ha remitido Trabajo en un comunicado, “aúna la flexibilidad para garantizar que se pueda adaptar el contenido de las prácticas en formación salvaguardando, al mismo tiempo, los derechos laborales de las personas trabajadoras, de manera que el uso de este contrato responda efectivamente a necesidades formativas”.
La propuesta de Trabajo, al detalle
El número de contratos formativos varía según la dimensión de la empresa y sus capacidades laborales reales, por ello, cabe mencionar los distintos tipos vigentes:
- Centros de trabajo de hasta diez personas trabajadoras: tres contratos.
- Centros de trabajo de entre once y treinta personas trabajadoras: siete contratos.
- Centros de trabajo de entre 31 y 50 personas trabajadoras: diez contratos.
- Centros de trabajo de más de 50 personas trabajadoras: 20% del total de la plantilla.
Entre otros puntos de relevancia, las personas trabajadoras tendrán derecho de información con una copia básica del contrato, así como un programa formativo individual, sobre el cual se ajustará al marco de los convenios de cooperación suscritos con las empresas por los servicios públicos de empleo teniendo como principal razón de ser que la actividad a desempeñar “deberá estar directamente relacionada con la actividad formativa que justifica la contratación laboral”, precisa Trabajo.
Del mismo modo, no se podrán celebrar dos contratos formativos por un solo trabajador en el mismo nivel y sector, ya que tendrá que acreditar los estudios competentes y que no ha realizado experiencia previa en su especialidad profesional.
A su vez, las contrataciones de formación están indicadas para personas con menos de 30 años. En cuanto a la duración de la jornada, podrá ser superior al 65% en el primer año, ni al 85% en el segundo, de la jornada máxima prevista por el convenio colectivo, sin la posibilidad de realizar horas extra, trabajos nocturnos o a turnos. Bajo la misma línea, la retribución no podrá ser “en ningún caso” inferior al Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
Dentro de la empresa, el papel de los encargados será tutorizar “a un máximo de cinco personas trabajadoras con contratos formativos simultáneamente o de tres en centros de trabajo de menos de 30 personas”. Entre otros puntos destacados ya conocidos, la duración del contrato no podrá ser menor a tres meses ni superior a un año, además de que siempre debe garantizar la compatibilidad con la vida académica.
Díaz defiende la contratación formativa por “modernización”
Tras haberse aprobado la propuesta en Consejo de Ministros, la ministra Yolanda Díaz ha precisado en rueda de prensa que el hecho de que las empresas hagan uso de las contrataciones formativas es para “modernizar” el tejido empresarial nacional y retener el talento joven: "Se acabó estar poniendo cafés o que se pague con propinas (...) o se acabó sustituir trabajadores y trabajadoras", ha recalcado.
"El contrato en alternancia es el que más se quiere en Europa, es el que permite modernizar el tejido productivo", ha aseverado Díaz.