La cartera de Consumo que dirige Pablo Bustinduy ha anunciado una próxima modificación de la actual Ley de Consumo Sostenible con el fin de reducir prácticas engañosas, como las que se pueden derivar de la reduflación de los productos, es decir, mantener el mismo precio para cantidades más pequeñas. 

Según ha informado el titular de Consumo, será el artículo 20 de la Ley General de Consumidores y Usuarios el que se someta a los cambios anunciados. De este modo, de aprobarse en el Consejo de Ministros, garantizará que los consumidores puedan recibir una información real y fiable de los precios y cantidades de los productos a la venta en el mercado. Según sostienen desde Consumo, esta práctica, adoptada actualmente por muchas empresas, no vulnera la ley pero afecta a la transparencia en consumo, debilita el principio de información veraz y clara y puede inducir a error a los consumidores ya que pueden pensar que están comprando la misma cantidad de producto que adquirían anteriormente por el mismo precio. 

Ante este escenario, el Ministerio de Consumo ha puesto sobre la mesa la necesidad de replantear la regulación de la información que debe facilitarse en el producto si se da esta situación, con el fin de garantizar que los consumidores sean conocedores de los cambios en el contenido de los productos y puedan tomar decisiones de compra con mayor información y consciencia. Entre otras cosas, la cartera que dirige Bustinduy sostiene que esta modificación de la ley no solo beneficiaría a consumidores sino también a una competencia “más leal” entre las empresas.

Con todo ello, de aprobarse en el Consejo de Ministros, cuando se ponga a la venta un producto de consumo preenvasado con una cantidad nominal constante, o varias unidades de producto de forma empaquetada con unidades de producto constantes, deberá informarse de forma "clara y comprensible" a los consumidores cuando se reduzca dicha cantidad o número de unidades incluidas en el paquete y esta reducción se traduzca en un aumento del precio por unidad de medida, manteniendo el mismo o similar diseño en su envase o empaquetado.

En esta línea, este “deber de información” estará cumplido cuando se indique de forma "legible y visible" en el punto de venta final la reducción de la cantidad envasada, o reducción en el número de unidades empaquetadas y el aumento de precio derivado de tal reducción, durante un plazo no inferior a 90 días desde la primera comercialización del producto con las nuevas características.

Las bolsas de patatas, protagonistas de esta práctica

Precisamente sobre esta práctica comercial, a principios del mes de junio FACUA-Consumidores en Acción instaba a Consumo a llevar a cabo una reforma legal que obligara a las marcas a informar de forma visible en el etiquetado sobre cualquier cambio en el formato o la cantidad del producto. Lo hacían remarcando expresamente el caso de productos como las bolsas de Ruffles, Lay’s, Doritos o Cheetos, que han experimentado en los últimos años una reducción de tamaño y un aumento en sus precios.

El caso más destacado ha sido protagonizado por los Cheetos Gustosines, con el aumento más extremo de su precio por kilo, que ha alcanzado un 44,8% desde enero de 2022. Anteriormente, este producto se vendía en envases de 96 gramos por 1,45 euros, pero a partir de mayo de 2025 el formato se ha reducido a 75 gramos, con un coste de 1,64 euros.

Las patatas Ruffles sabor a jamón también han sufrido dos cambios en su pack durante los últimos tres años. En enero de 2022, el paquete económico era de 295 gramos por 2,89 euros. Un año después, pasó a 275 gramos y 3,35 euros. Actualmente, el envase contiene 243 gramos y se vende a 2,99 euros. Por tanto, en su conjunto, el contenido alimentario se ha reducido en 52 gramos y su precio por kilo ha subido un 11%.

Algo similar ocurre con las Lay’s al punto de sal. Aunque en enero de 2022 adquirir su paquete de 282 gramos costaba 2,35 euros, a día de hoy, con un peso de 248 gramos, tiene un valor de 2,69 euros. En términos de precio por kilo, el incremento es del 21,8%. Finalmente, los Doritos Tex-Mex han sido otro objeto de reduflación, con un envase que ha pasado de 260 a 225 gramos, mientras el precio ha subido de 2,89 a 2,99 euros. Esto implica un aumento del 19,5% por kilo.

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