El Consejo de la Juventud de España (CJE) ha presentado el último Observatorio de Emancipación Juvenil (OBJOVEM) del primer semestre de 2019 en una ponencia en la que han intervenido la vicepresidenta del Consejo de la Juventud de España, María Rodríguez, así como el sociólogo que ha elaborado el estudio, Joffre López.

Uno de los datos más relevantes de este informe es que solo el 18’5% de las personas de entre 16 y 29 años en España estaban emancipadas en el primer semestre de 2019. Con este dato se alcanza uno de los valores más bajos de la serie, que no se veía desde el año 2002.

Contrasta especialmente el hecho de que, a pesar de que la tasa de emancipación ha bajado, la tasa de empleo haya subido y la población joven en riesgo de pobreza haya disminuido, porque estos avances en la estabilidad económica no se han traducido en un mayor volumen de emancipación.

Este descenso generalizado de la emancipación juvenil ha sido especialmente pronunciado en Cantabria, Canarias y Castilla y León (que ya eran, junto a Andalucía, las comunidades autónomas con menor volumen de emancipación residencial).

Cataluña tiene la tasa de emancipación juvenil más alta

Por su parte, en las pocas comunidades en las que se ha registrado un crecimiento de cierto calibre (Aragón, Euskadi, Extremadura, Navarra y La Rioja) este se encuentra estrechamente vinculado al incremento de la población joven nacida en el extranjero y al saldo migratorio positivo.

Los últimos datos colocan a Cantabria como el territorio con una tasa de emancipación juvenil más baja (14%) y Cataluña con la tasa más alta (23,1%). Esto no quiere decir que los jóvenes que han nacido en Cataluña se emancipen más y antes que el resto de la población joven.

Esta edición del Observatorio de Emancipación Juvenil del CJE añade un nuevo matiz a los estudios, permitiendo clasificar a la población joven emancipada no solo por lugar de residencia, sino también por lugar de nacimiento.

Este análisis permite constatar que, en comunidades como Castilla y León, que tradicionalmente registra unas tasas muy bajas de emancipación residencial, las personas jóvenes de ese territorio salen a emanciparse fuera del territorio, sobrepasando por ejemplo el número de personas jóvenes nacidas en la Comunidad de Madrid (uno de los territorios con mayor tasa) que están emancipadas.

"Las personas jóvenes se ven abocadas a una emancipación forzosa"

Así, la vicepresidenta del CJE, María Rodríguez, recalca que no todas las salidas del hogar familiar se traducen en una emancipación satisfactoria: “No es lo mismo una emancipación con garantías, de estabilidad laboral o salarial, que una emancipación precaria como aquella a la que se enfrentan personas que abandonan su ciudad de origen, buscando una mayor amplitud laboral o de estudios. En ese caso, las personas jóvenes se ven abocadas a una emancipación forzosa cuando, a lo mejor, las condiciones no son ideales para ello y esta precariedad se sostiene en el tiempo, porque su capacidad de ahorro desaparece al tener que mantenerse constantemente por encima de lo que se consideraría un coste de vivienda asumible”.

Otra de las novedades que incluye la nueva edición del OBJOVEM es la medición del coste de emancipación en pisos compartidos. Tal y como expone el autor del informe, Joffre López, “ante la imposibilidad de comprar o alquilar una vivienda entera, son cada vez más las personas jóvenes que comparten viviendas de alquiler. Sin embargo, esta opción tampoco es viable con un salario medio en algunos de los territorios”.

Estas variaciones según la zona son las que hacen que, de media, una persona joven deba dedicar un 30,8% de su salario neto a pagar el alquiler en el caso de un piso compartido. Este porcentaje sigue encontrándose por encima del 30% que se considera el umbral de endeudamiento tolerable para emanciparse.

Sin embargo, y a pesar de la normalización en nuestra sociedad de la emancipación en pisos compartidos, la emancipación en solitario sigue siendo un reto: una persona joven tendría que dedicar, de media, un 94,4% de su salario a afrontar este alquiler, por lo que solo el 16% del total de la población joven emancipada vive sola.