La Agrupación de Periodistas de UGT (AGP-UGT) reafirma su defensa de un periodismo de calidad, riguroso y veraz como elemento clave para el fortalecimiento de la democracia. En la era digital, donde influencers, tiktokers, instagramers y youtubers han pasado a convertirse en fuentes de información sin cumplir con los estándares profesionales, la AGP-UGT alerta del riesgo que esto supone para la sociedad. No se trata de rechazar las nuevas formas de comunicación, sino de subrayar que estas no pueden sustituir el trabajo de los verdaderos periodistas ni de los medios de comunicación consolidados.
El periodismo es un pilar fundamental del pluralismo y la transparencia. Sin embargo, el creciente impacto de figuras ajenas al oficio, que difunden información sin contrastar y sin responsabilidad editorial, amenaza su credibilidad. No podemos delegar la responsabilidad informativa en empresarios tecnológicos como Elon Musk, cuyos intereses están alejados de garantizar un acceso veraz y responsable a la información.
Influencers y redes sociales: una amenaza para la información
El impacto de las redes sociales en el consumo informativo ha crecido de forma alarmante. En España, esta tendencia es especialmente pronunciada. Según la última encuesta del Eurobarómetro sobre juventud, un 49% de los españoles entre 16 y 30 años se informa principalmente a través de plataformas como Instagram. Esta cifra supera la media europea del 42%. La televisión, que durante décadas ha sido el medio de referencia, ha quedado relegada al segundo lugar con un 44%, seguida de familiares y amigos (35%). En un alarmante contraste, solo un 20% recurre a medios de comunicación tradicionales o plataformas de noticias.
Este fenómeno demuestra la urgencia de reforzar el periodismo profesional y de calidad, dado que las redes sociales han demostrado ser terreno fértil para la desinformación. A menudo, los contenidos más virales son aquellos que apelan a la emoción antes que a los hechos, facilitando la propagación de noticias falsas y narrativas sesgadas. Si no se fomenta el consumo de información verificada, el periodismo perderá su papel esencial en la construcción de una ciudadanía informada.
Intrusismo en las salas de prensa: un peligro para la profesión
La AGP-UGT manifiesta su firme rechazo a la apertura de salas de prensa a cualquier persona que se autodenomine periodista sin el respaldo de una formación profesional o un medio acreditado. En este sentido, la organización ha criticado la reciente decisión de la Casa Blanca de permitir el acceso a influencers, podcasters y blogueros a sus ruedas de prensa, mientras se veta la entrada a medios de referencia como CNN, The New York Times y Politico.
La nueva secretaria de prensa, Karoline Leavitt, ha justificado esta medida asegurando que busca “reflejar la diversidad de fuentes informativas que consultan millones de estadounidenses”. Sin embargo, la AGP-UGT advierte de que este tipo de decisiones erosionan la credibilidad del periodismo y alimentan el desprestigio de los medios tradicionales, fundamentales en cualquier democracia.
La desinformación y el negocio del odio
Otro factor preocupante es la proliferación de mensajes de odio en redes sociales. Un estudio del proyecto Hatemedia, desarrollado por la Universidad Internacional de La Rioja, ha revelado que más de la mitad de los mensajes analizados en plataformas digitales contienen algún componente de odio. Estos discursos están diseñados para polarizar, desinformar y generar un clima de confrontación.
El odio en redes no es casual. Según el Monitor del Odio, el 35% de estos mensajes están dirigidos contra políticos, otro 35% son de carácter xenófobo y el 30% corresponde a odio generalizado. Además, estos discursos suelen ser promovidos a través de campañas organizadas, muchas veces amplificadas por influencers con claras intenciones políticas.
Es fundamental que los medios de comunicación y la sociedad en su conjunto tomen conciencia del peligro que supone la desinformación en un mundo donde los bulos se propagan con rapidez. La defensa del periodismo profesional no es solo una cuestión de ética, sino un requisito imprescindible para el mantenimiento de una sociedad democrática y bien informada.