¿Qué es la prelación?

En términos económicos, la prelación hace referencia al derecho preferente de acreedores, accionistas, inversores, etc. en el cobro de deuda de una sociedad, sobre todo, en caso de quiebra.

El tipo de instrumento financiero al que haya recurrido la empresa para la obtención de los recursos económicos es el que marca el orden de prelación. Todo depende de su calidad crediticia o capacidad de la compañía para devolver la cantidad adeudada.

Desde un punto de vista más general, prelación es la preferencia con la que debe ser atendido un asunto concreto respecto a otro (listas, leyes…)

Ejemplo

Estos siete pilotos alegan que el ERE violó claramente el convenio al inculcar el orden de prelación por antigüedad invertida fijado en el convenio. Es decir, que no se despidió primero a los menos antiguos como marca el convenio, con lo que la empresa se deshizo de trabajadores más 'caros'”.

Orden de prelación según los tipos de deuda

La estructura u orden de prelación viene determinada por el tipo de riesgo asumido por una sociedad y por la calidad crediticia de sus obligaciones financieras. Así, a mayor riesgo de impago, menor calidad crediticia. Este es el orden descendente en el derecho de prelación:

  1. Deuda senior garantizada. Los inversores que optan por este tipo de instrumentos financieros son los primeros en cobrar en caso de quiebra. Poseen la mayor calidad crediticia porque están respaldados por el conjunto de préstamos hipotecarios emitidos por la entidad emisora de la deuda.
  2. Deuda senior no garantiza. Hace referencia a los bonos convencionales y, por lo tanto, es un activo de renta fija. Es uno de los instrumentos de deuda más utilizados tanto por las empresas como por los organismos públicos. 
  3. Deuda subordinada. Es una de las herramientas híbridas de financiación a las que recurren las entidades financieras, junto a las participaciones preferentes.
  4. Deuda híbrida. Son instrumentos financieros cuyo plazo de vencimiento es largo o, incluso, permanente. No son activos de renta fija ni de renta variable, sino que se sitúan a medio camino entre ambos, por ejemplo, los bonos convertibles.
  5. Acciones. Los accionistas son los últimos en el orden de prelación de una deuda. Ellos no son acreedores, sino que se convierten en propietarios de esta. El riesgo, entonces, es el mayor de todos.