¿Qué es un balance?

El balance es el informe que refleja el estado financiero de una empresa en un periodo concreto. Más concretamente, pone de manifiesto la diferencia entre los activos (bienes y derechos) y los pasivos (deudas y obligaciones) del negocio y la diferencia entre ambos, conocido como el patrimonio neto. Este último dato, el patrimonio neto de una empresa, es la diferencia entre lo que esta tiene y lo que debe. Todos estos movimientos quedan perfectamente reflejados en el balance.

Balance

Diferentes tipos de balance

A continuación exponemos los diferentes tipos que existen:

De contabilidad

El balance es el objetivo principal de la contabilidad de una empresa, puesto que muestra, de un solo vistazo, el estado y la estructura económica de la misma. A partir de un balance de contabilidad o de un balance de situación, con la columna de activos y la de pasivos bien definida, los dirigentes de la compañía pueden tomar decisiones y marcar objetivos realistas de cara al próximo ejercicio. 

De economía

El balance de la economía de una empresa es uno de los rasgos que se deben tener en cuenta a la hora de evaluar su estabilidad y sus fortalezas en el mercado nacional. Aunque no es el único, este informe general ofrece una versión completa y resumida de la manera en la que la empresa está gestionando sus recursos. Si el informe da resultados negativos, con una cuenta de pasivos más larga que la de activos, la compañía no funciona tan bien como se espera.  

Balance de situación de cuentas

El balance de situación de cuentas es una herramienta fundamental para conocer la información financiera de una empresa en un momento concreto. No tiene en cuenta las fluctuaciones y variaciones durante un periodo de tiempo, sino que ofrece una instantánea del momento actual. Se debe hacer un balance de situación, al menos, cada año. Por eso, es muy común prepararlo al término del ejercicio contable, cada fin de año. 

El balance de situación de cuentas es público, de manera que se convierte en la imagen de la empresa que todo el mundo percibe. De ahí su importancia. Comparando cada informe anual con el de momentos anteriores, la directiva puede conocer la rentabilidad de sus inversiones, el estado de sus pasivos y, en base a ellos, seguir el mismo rumbo o cambiar su estrategia de cara al próximo ejercicio. 

Ejemplo: 

“Su último balance positivo fue en 2010, cuando obtuvo un beneficio de 230.000 euros. La crisis financiera la llevó a la bancarrota. En 2005 facturaba 35 millones de euros mientras que en 2015 apenas obtuvo unas ventas de 12 millones y pérdidas de 4,9”.