Cada vez son más las voces que resuenan en el Congreso para que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) perciba una subida en el mes de septiembre. De hecho, la ministra de Igualdad, Irene Montero, ha asegurado que la subida del (SMI) es de "sentido común" por los beneficios que reporta para la economía y, en caso de acometerse, sería un avance en el acuerdo de coalición. 

Por otro lado, muchos atribuyen a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, la labor de convencer al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para que la subida del SMI no se posponga hasta finales de año, como en un principio solicitaba la vicepresidenta primera, Nadia Calviño. Sin embargo, mientras los empresarios están en pie de guerra al considerar que "es precipitado y que provocará daños en el empleo", según expresa Lorenzo Amor, presidente de ATA y vicepresidente de la CEOE, muchas familias ven en esta subida un halo de esperanza para hacer frente a esta crisis sanitaria y económica post-covid, especialmente si prestamos atención a la subida del precio en los suministros energéticos. 

No obstante, en estos momentos el debate político no se centra en el cuándo, ya que septiembre parece la época definida por todos los socios del Gobierno para llevar a cabo la subida, si no, más bien en el cuánto

Los expertos consultados por el Gobierno marcan el baremo entre los 19 euros en 2021; 40 euros en 2022 y otros 40 euros en 2023.  De esta forma, se alcanzaría la horquilla de 1.011 euros  - un 6,4 % más que ahora y un 60% con respecto al salario medio- y los 1.049 euros en 2023En estos momentos el SMI se encuentra congelado en los 950 euros. 

 

Según Calviño, "los datos del segundo trimestre están siendo muy positivos", las altas de la Seguridad Social están subiendo a los niveles de 2019, lo que implicaría que no sería descabellado que esta medida se llavara a cabo. Por su parte, la ministra también ha garantizado que el Gobierno "está comprometido" con subir el SMI, y añade: "Lo ha hecho estos 3 años en un 30%. No son palabras, son acciones. Aumentar el empleo y el SMI son la combinación para reducir la desigualdad", afirma.