El aumento de la incidencia acumulada de la Covid-19 y sus variantes, como la Delta, genera incertidumbre en torno a las nuevas restricciones tanto en España como en los principales emisores internacionales de turistas, lo que ha provocado cancelaciones masivas y menor demanda en las zonas más turísticas del país, especialmente en Baleares después de que el Gobierno británico haya sacado a las Islas Baleares de su franja verde para pasarlas al ambar. Es decir, las zonas consideras de riesgo. 

Además, a esta iniciativa británica se han sumado Holanda, Francia y Alemania, entre otros. Se rata de la lista de países que ponen en duda a España y han sacado de su clasificación de regiones seguras a Canarias y  también a las Baleares, con lo que todo el territorio español se sitúa ahora en ámbar. Esto significa que los diferentes gobiernos desaconsejan los viajes turísticos a todos sus ciudadanos y vuelven a exigir un test negativo para volver a los no vacunados. Muchos hosteleros, ante este panorama, dan por perdida la temporada comparándola cifras similares a las del pasado año tal y como señala la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV). 

Hay que recordar que el pasado verano, nuestro país perdió 22,9 millones de turistas en la temporada. Desde Exceltur, asociación sin ánimo de lucro, formada por 33 de las más relevantes empresas de toda la cadena de valor turística y de los subsectores, recuerdan que, las ramas exclusivamente dependientes del turismo en comparación de 2019 están siendo duramente golpeadas. Los datos de junio son ejemplo de ello:  las agencias de viajes registraron -47% en empleo (ERTEs + menor afiliación); el transporte aéreo -44,8% y hoteles y -40,7% cerraron como las más afectadas de todo el sistema productivo español. 

Por ello, desde la asociación exigen "mayor control a nivel nacional con políticas coordinadas del Gobierno y Comunidades Auónomas sobre los excesos y conductas irresponsables entre los ciudadanos y actores que han propiciado estos rebrotes -viajes estudiantiles, botellones, pisos turísticos, eventos, espectáculos descontrolados etc.- que ponen en grave riesgo al sector turístico y su generación de empleos." Además, requieren de nuevas métricas y/o una mejor interpretación de las actuales, "para comunicar mejor y trasladar internacionalmente una imagen más sosegada y de mayor seguridad de España y sus destinos ante, unos efectos del Covid-19, distintos y menos alarmantes que hace 1 año, con los que tendremos que aprender a convivir a medio plazo."

En lo que va de año, España ha recibido un total de 3,2 millones de turistas, casi un 70% menos que el pasado año en el mismo periodo, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). De momento, para esta temporada estival se mantendrán operativos el 58% de los vuelos, aunque todo depende de cómo evolucione esta quinta ola. 

Por esta razón, muchas empresas han decidido poner el foco el en turismo nacional. Por ejemplo, el 89% de las reservas veraniegas de Destinia son de españoles, frente a un 5% de franceses y el resto de nacionalidades. Sin embargo, no es suficiente. Desde la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) se ha solicitado al Gobierno "la adopción de medidas fiscales, económicas y financieras para el mantenimiento y recuperación del empleo y la supervivencia de decenas de miles de empresas turísticas".

De hecho, Jorge Mariscal, presidente de CEHAT incide en que "debemos actuar de forma ágil, urgente y coordinada con el Ejecutivo para evitar la destrucción de empleo y empresas en el sector alojativo, muchas de ellas, pymes, y ayudar a sus empleados y empresarios a sobrellevar las consecuencias de esta pandemia que tan duramente está incidiendo en el turismo".